Nunca un mercado de enero había sido tan tranquilo como este. Ni una operación. Salvo sorpresa mayúscula, el plazo de fichajes se va a consumir sin altas ni bajas en la primera plantilla. Y eso que Manolo Salvador había dicho que estaba alerta. El nulo margen con el fair-play imposibilita acometer ningún fichaje, ya que con el saldo disponible no alcanza para el salario mínimo y cualquier ingreso extra, en estas circunstancias, tiene que destinarse obligatoriamente a enjugar el desfase negativo (los famosos 15 millones pendientes que han ido bajando con los traspasos de Rubén más el previsto de Simon y que ya estarían así notablemente por debajo de los 10). En el apartado de salidas, aunque varios jugadores han estado en el disparadero, tampoco han habido ofertas ni a estas alturas se espera ya que lleguen.

El futbolista de la primera plantilla que más cerca ha estado de irse, como en verano cuando la operación se cayó por su exigencia de no salir cedido sino traspasado, ha sido Oier. A través de sus agentes estuvo encima de la mesa del Alavés, pero los vascos no movieron ficha. Su salida habría significado, ante el imposible de fichar a otro portero, que Cárdenas ocupara su puesto. Pero el club prefirió no dar pie a su adiós. El resto de posibilidades han estado todavía más lejos de concretarse. Bordalás se interesó por Cabaco, pero el Getafe no llegó a trasladar ninguna oferta e hizo camino con otras opciones, a la postre la del exgranota Chema como recambio de Cabrera. Tampoco se ha recibido nada por Sergio León, el punta de la plantilla con menos minutos aunque con una ficha que condicionaba cualquier entente. Ni por Óscar Duarte, en la órbita de la MLS.

Consciente del panorama, tampoco Paco López se ha movido un ápice del discurso oficial. En todo momento ha mantenido que está satisfecho con lo que tiene. De hecho el área deportiva no ha movido ficha. Todo el trabajo está enfocado a la próxima temporada. Y es que de cara al mercado de verano, a diferencia del actual, sí que se prevén numerosos movimientos. Será el momento, una vez se solucione por completo el asunto del fair-play, de darle una vuelta de tuerca al equipo y de acometer fichajes pendientes. El centro del campo y de la defensa son las posiciones marcadas en rojo en todos los análisis de los técnicos.

El recurso de cambiar el dibujo

Reforzar el eje del equipo, en especial a nivel defensivo, es una tarea pendiente. Más todavía a la vista de los números de esta temporada: el Levante es con diferencia el equipo al que más llegan al área y por extensión al que más rematan. Es, sin duda, la cruz de una de las caras del curso, la de Aitor, uno de los porteros más valiosos de la competición.

Los problemas defensivos, añadidos al peor estado de forma de jugadores clave como Morales, quien con dos suplencias en las dos últimas salidas ligueras ha perdido su condición de intocable, han empujado a Paco López a tomas medidas. La más llamativa se vio en Pamplona, donde rescató del armario el sistema 3-5-2 que hace un año le sirvió para salir del atolladero. Una propuesta, fallida en el Bernabéu, con la que recuperar empaque y que no en vano, quitando el arranque de encuentro contra Osasuna, funcionó. En la segunda parte Aitor apenas intervino hasta el fatal penalti cometido por Campaña.

De cara a la visita al Barça, aunque faltan aún tres entrenamientos, la alternativa de repetir dibujo está encima de la mesa para un partido en el que los granotas ya saben que no tendrán el balón. A partir de ahí habrá ver cuál es la apuesta de Paco.

Chema deja 200.000 euros de pedrea

Propios ninguno, pero sí que hay un movimiento de mercado que va a afectar al Levante de rebote. Además positivamente. El Getafe, que no movió ficha por Cabaco, finalmente sí que lo ha hecho con Chema. El excentral granota, traspasado en verano al Nottingham Forest por seis millones de euros fijos más un variable del 20 por ciento de la plusvalía de un nueva venta, está a un paso de convertirse en el recambio de Cabrera. La operación, que se va a cerrar en 1,6 kilos entre madrileños e ingleses, dejará alrededor de unos 200.000 extras en Orriols. Bordalás ya lo tuvo en el Alcorcón, lo que ha sido determinante para apostar por su fichaje. Es también una opción más barata que las de Salisu o Sidnei, otros candidatos.

No es la primera vez que el Levante, que ha rascado varios, se lleva pedrea por la parte variable de un traspaso. Todavía conserva, entre otros, un 20 por ciento de Camarasa, cedido al Alavés por el Crystal Palace, y un 30 por Deyverson, que igual que Jason será compañero de Chema en el Coliseum. El Getafe, que ha fichado al brasileño cedido, tiene una opción de compra con el Palmeiras que en caso de ejecutarse reportaría más de un millón adicional. Todos estos ingresos cuentan para reducir el desfase del fair-play. En ese apartado también restan los 5 kilos que el Nantes tiene que pagar por la compra obligatoria de Moses Simon.