POLÉMICA

La verdad de Chanel y el Benidorm Fest

La polémica llegó con fuerza al casting para seleccionar al representante de España en Eurovisión

Chanel, durante su actuación

Chanel, durante su actuación / EFE

Normalmente dicen que lo importante es participar, pero eso raramente lo dice quien gana. Que si estar en la final de Benidorm Fest ya es todo un triunfo, que si esto es un escaparate nacional o un trampolín. Blablablá. Si no fuera por la polémica desatada, nadie se acordaría de los segundones dentro de unos meses. Probablemente, ni ellos mismos.

Vamos a dejar las cosas claras. España, desde hace mucho tiempo, decidió que la opción friki iba a ser una seña de identidad de nuestra representación. No es que nos dé igual el resultado, sino que sabemos que no hay opciones y es como llegar a un examen sin haber estudiado ni ido a clase. Dicho esto, el nivel es similar al de la mayoría de participantes en programas de televisión y muy probablemente Risto Mejide se hubiera cargado a la mayoría de finalistas antes de terminar la actuación.

Análisis rápido de los participantes en el Benidorm Fest

Gonzalo Hermida no pudo ni participar en la final por culpa del Covid-19, pero su canción es de esas que pasa desapercibida en una radio local andaluza.

Xeinn se cortó las rastas y se puso el típico peinado hortera una canción que puede dar más el pego que la mayoría, pero sin mucha historia.

Blanca Paloma posiblemente tenga la mejor voz, pero su espectáculo está muy lejos de valer una final. Será por meter algo de estilo en la última fase.

El pintas de Rayden demostró tener una gran capacidad para contar una historia acompañado de sus amigos los barbudos. Su letra quizá sea la más compleja, pero es un espectáculo típico de un bar/pub de esos con escaleras hacia el subsuelo.

Varry Brava quisieron homenajear a la mítica Raffaella Carrà con una actuación a la que le sobraba tinte. De relleno, como para sonar en un pub de 'gente veterana'.

Rigoberta Bandini era una de las favoritas porque aunaba frikismo y feminismo en un mismo frasco con olor a rancio. La canción era mala con ganas y la letra casi tan absurda como la coreografía de la plantilla que le acompañaba. La chica no canta mal, pero el espectáculo no dio la talla por mucho que desde ciertos sectores de la política y la sociedad se empeñaran en hacerla ganadora, empujando al público a votarla. La melodía es pegadiza, como tantas otras.

Tanxugueiras son un trío de gallegas que cantan bastante mal. La canción, independientemente de la letra que pretende ser inclusiva y demás, fue abanderada por el nacionalismo radical gallego en el que se posicionan. Eso gusta a cierto sector del público y es que se hizo campaña en su favor, logrando el mayor apoyo público (30 puntos). La canción no tiene mucha historia, pero siempre puede usarse en el cine para embalar un rito pagano celta. No aceptaron su derrota final.

Chanel fue la ganadora final, ya que obtuvo el primer puesto de los especialistas y el tercero del público. Es complicado que alguien no mediatizado ni politizado votara por Rigoberta o Tanxugueiras antes que por Chanel, aunque seguro que los hubo. La artista cubana llegó a España siendo una niña, pero por su sangre corre el ritmo del baile, algo que demostró durante su actuación. Fue la mejor actuación de todas, con mucha diferencia. El problema es que estamos en el momento de duelo por parte de los perdedores y sus defensores, que no dudarán en atacar tanto al formato (con razón), como a la artista (sin razón). Una mujer sexi que canta una canción sin ninguna historia (como casi todas las demás), con parte en español y parte en inglés, además de un ritmo latino al estilo de Jennifer López. ¿Molesta porque no nació en España o porque su feminidad es tan diferente a las gallegas de Tanxugueiras o a las acompañantes de Rigoberta? Quién sabe.

La polémica con el jurado del certamen

Lo que es seguro, es que el formato del Benidorm Fest no puede volver a repetirse. No se puede permitir que la gente vote y después, quién sabe si conociendo los índices populares o no, sean los expertos quienes condicionen el resultado final. Quizá todo debería pasar por una idea más clara de los organizadores sobre el tipo de artista que quieren llevar y no dejar llegar a la final a grupos muy flojos que sean empleados por sectores interesados de la sociedad. Recordemos a John Cobra o Luis Cepeda, a los que Forocoches hicieron triunfar cuando ni uno ni otro sabían ni entonar (siguen sin saber). Creas un monstruo y luego pasa lo que pasa...