Belleza

Con este masaje facial nocturno puedes regenerar tu propio colágeno

La esteticista Ana Mancebo explica cómo sacar el mejor partido a nuestra rutina de cuidado facial durante la noche en tan solo 10 minutos

Natalia Vaquero

Masajear nuestro rostro cada día durante 10 minutos es esencial para mantener nuestro cutis impecable, asegura Ana Mancebo, la esteticista gallega que acaba de recibir el Premio al Mejor Tratamiento de Estética en Cabina de España. Mancebo reinventa el tradicional drenaje linfático con movimientos de masaje modelador convirtiéndolo en un lujo que ofrece en su salón de belleza de Negreira, un pequeño municipio de A Coruña de menos de 7.000 habitantes.

La fórmula se basa en una técnica 100% manual en la que se trabaja el rostro desde el escote para seguir por el cuello hacia la mandíbula, los cigomáticos- los huesos que dan forma y estructura a la cara y se unen con la mandíbula y los huesos cercanos a las orejas, la frente y el cráneo-, el orbicular de los ojos y la frente.

"El propósito de este masaje es deshacernos de los desechos producidos por el cuerpo, para mejorarlo por dentro y por fuera", explica Mancebo antes de explicar cómo sacar el mejor partido a nuestra rutina de cuidado facial durante la noche.

Lo primero es empezar por el escote, vamos pasando al cuello, subimos hacia la mandíbula y ascendemos por los cigomáticos, pasamos por el orbicular de los ojos y terminamos en la frente.

Relajar la musculatura

Al principio, los masajes son desde el centro hacia el exterior a nivel superficial y conforme vamos avanzando, lo haremos de una forma más profunda para relajar la musculatura.

Todo empieza con la limpieza del escote, cuello y cutis, que se hará con un limpiador de forma suave y ascendente y siempre de dentro hacia fuera. De esta forma se eliminan toxinas y se va activando la circulación de la sangre.

Si hablamos de productos que tienen que penetrar como, por ejemplo, los sueros o las cremas, también se realiza de dentro hacia fuera. En este caso ya se puede hacer de una forma un poco más intensa pero sin provocar fricción. 

Luego tenemos zonas del rostro como el frontal y el auricular de los párpados, los cigomáticos o maseteros, que ya requieren trabajarlos de una forma específica.

El masaje de los cigomáticos, desde el labio a la sien, se realiza con amasamientos y estiramientos.

El orbicular de los ojos, siempre en el sentido contrario a las agujas del reloj.

Los maseteros, los músculos que se encuentran en la parte lateral de la cara, justo por delante del oído, se masajean con los dedos rectos desde la mandíbula por el lateral de la cara en un movimiento ascendente.

El frontal va desde las cejas hasta el cuero cabelludo, también con los dedos planos y un pequeño toque de tensión.

El orbicular de la boca se hace con pliegues de los dedos pulgar y corazón masajeando y estirando la piel hacia fuera.

"El masaje facial no solo relaja, sino también mejora la circulación y estimula la producción de colágeno", subraya Mancebo.

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