Se conocen como superalimentos a aquellos con multipropiedades que aportan a la salud si su ingesta se realiza con frecuencia y los numerosos beneficios para la salud. Las opciones dependen de las necesidades y objetivos que tenga cada uno. Se puede recurrir a este tipo de productos para los dolores de garganta, mejorar la vista o combatir el cansancio. Hay también para los diabéticos, vegetarianos o para quienes tienen riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.

La lúcuma es uno de esos superalimentos que puedes añadir a platos muy comunes y son sencillos de incorporar a nuestra alimentación. En este caso, pueden ser un gran aliado para los diabéticos. Se trata de un fruto procedente del árbol lúcumo que es muy empleado como endulzante de postres y dulces debido a su exquisito sabor. Por este motivo es un buen sustituto del azúcar. Se comercializa, además de en fruta, como suplemento en polvo, que se puede añadir a preparados como zumos, desayunos, postres, repostería o batidos. Se puede conseguir en supermercados.

La lúcuma contiene micronutrientes esenciales para el funcionamiento del organismo. Los minerales más destacados por su concentración en la lúcuma son el zinc, el potasio, calcio, magnesio y el hierro. En la selva peruana la lúcuma se utiliza como remedio casero contra la diabetes, ya que, entre otras de sus bondades, este maravilloso fruto contribuye a regular la concentración de glucosa en la sangre.

Además, su elevado contenido de betacaroteno convierte a la lúcuma en un potente y natural antioxidante, encargado de proteger a la dermis de los daños provocados por las radiaciones solares, principal causa del envejecimiento de la piel. Contribuye a mejorar la salud y la apariencia de la piel; actuando como un potente tratamiento anti-edad, aumentando su firmeza, y disminuyendo arrugas y líneas de expresión.

Por otra parte, como la mayoría de los superalimentos, es un gran aliado para adelgazar: La lúcuma es empleada en dietas para bajar de peso y también tomada por aquellos que buscan evitar los daños en el organismo del consumo de azúcar. Se emplea para sustituirlo y hace que nuestras recetas engorden mucho menos, ayudando a mantener a raya los kilos y saciando los antojos puntuales. Además, su contenido en proteínas y fibra aumenta la sensación de saciedad y evita que piquemos entre horas.