En la plantilla del Levante hay quien ha podido gritar estos días a los cuatro vientos el famoso «yo soy de Alcorcón». Se trata de Miguel Pérez, quien vivió hasta los 19 años en la ciudad madrileña y se declara seguidor de «toda la vida» del inesperado equipo de moda en el fútbol español. Motivos más que suficientes, al que habría que sumar su declarada simpatía por el Barça, para que el interior luciera la mejor de sus sonrisas tras la gesta copera amarilla.

SUPER quiso conocer de primera mano las sensaciones de uno de los partícipes indirectos de la histórica eliminación del Madrid a manos de un Segunda B. El granota tenía información de primera mano del revuelo generado por la hazaña alcorcoleña. «Allí está todo el mundo como loco. La gente se reunión en la fuente donde se celebran los ascensos hasta las cuatro o las cinco de la madrugada. Mi hermano Juan Carlos salió a celebrarlo», desvela el centrocampista, cuya familia todavía reside en gran medida en la localidad situada a 18 kilómetros de la capital. Una ciudad-dormitorio de más de 200.000 habitantes en la que habitualmente reina la afición por el gran derrotado de la primera ronda de Copa: el Madrid.

Muchos son los vinculos entre el levantinista y la Agrupación Deportiva Alcorcón en lo meramente futbolístico. El más llamativo, sin duda, tiene como protagonista a su padre. Miguelito Pérez «jugó un año antes de retirarse» en el club amarillo; antes, además de las de Zaragoza y Mónaco, había defendido los intereses merengues junto a Del Bosque, Amancio y Grosso. Casualidades de la vida.

El propio interioz derecho ha compartido vestuario durante su carrera con varios de los componentes de la plantilla que entrena Juan Antonio Anquela. «En su día jugué en el Numancia con Juanma —meta titular— y en el Getafe con Sergio Mora —centrocampista que perteneció a Hércules, Benidorm y Alcoyano—. Aparte, tuve a Manuel Cano como segundo entrenador en el Getafe», recuerda el futbolista granota, quien aprovechó su relación con este último para comentar la hazaña del marte: «me envió un mensaje tras el partido del Bernabéu en el que decía ´la traca que hemos liado´».

De las palabras de Miguel se sobreentiende que tenía claro ya desde hace dos semanas cuál iba a ser el desenlace de la eliminatoria pese a la teórica superioridad merengue. «Me cuentan que Anquela es un entrenador metódico, que el equipo hace buen fútbol y está trabajado. También es verdad que al Madrid le falta ahora mismo juego para remontar un 4-0», afirma.