El entrenador del Real Madrid, Jose Mourinho, no tuvo reparos en reconocer las dificultades que tuvo su equipo para conseguir el triunfo en Anoeta y dijo que espera ver cuántos equipos superan a la Real en su campo.

"La Real es un equipo muy sólido. Con el 2-1 tuvimos oportunidades para terminar el partido pero no lo hicimos y ellos tuvieron sus opciones hasta el final", declaró en sala de prensa el técnico madridista, quien reconoció también que no hubiera sido injusto un empate al final del encuentro.

Mourinho fue fiel a la imagen que ha ido gestando a lo largo de su carrera y no desaprovechó su comparecencia para reivindicar su papel clave en el sufrido triunfo ante el once donostiarra.

"Cuando dije que era el partido más complicado de los cuatro primeros, incluyendo el de Champions, no era por hablar y el partido me dio la razón", explicó el entrenador portugués a la salida de vestuarios.

"El cambio de Ozil por Lass dice que mi equipo estaba roto, había perdido el control del encuentro y a partir de ahí se equilibró y cuando cambié a Granero por Di Maria el Real Madrid fue ya más sólido", desveló Mourinho.

El entrenador local Martín Lasarte, por su parte, se mostró satisfecho con la imagen que dieron sus jugadores, destacó que hay "cosas para valorar y aplaudir", aunque se lamentó de que con ese buen juego "hoy no se sacó nada".

El entrenador uruguayo tuvo "la sensación de que se pudo ganar" y por ese motivo le quedó un sabor "desagradable" por una derrota que se produjo en un gol precedido de una falta dudosa y con un rebote que descolocó a Claudio Bravo.

Lasarte exhibió su vertiente más ambiciosa cuando declaró que, además del objetivo de conseguir que sus jugadores compitan en la Primera División, al ser muchos son debutantes en la categoría deben de buscar "algo más que mantenerse".