Marcelo Bielsa fue recibido en Bilbao con una expectación inusitada para un entrenador. El argentino congregó a más de 2.000 personas en Lezama, que no quisieron perderse la primera vez que pisaba el verde de la ciudad deportiva bilbaína. Su fichaje, sobre todo después de conocer que rechazó al Inter de Milán por mantener su compromiso con Urrutia, ha sido toda una revolución para la afición de San Mamés, que espera ansiosa el comienzo de la temporada para disfrutar de un equipo que despierta ilusión a raudales entre sus seguidores.

Posteriormente Bielsa dio una rueda de prensa, acompañado por su inseparable ayudante Gabriel Aravena, en la que explicó los motivos de su fichaje por el club bilbaíno y cuáles son sus inquietudes con respecto a una entidad tan especial como es el Athletic Club. Bielsa señaló que uno de los aspectos que le convenció para aceptar la oferta de Urrutia fue la similitud entre el Athletic y el Newell's Old Boys, club a que dirigió entre 1990 y 1992 y del que recordó que «en aquella época» tenía en común con la entidad rojiblanca «que se nutría de jugadores» formados en su cantera.

Primeras excentricidades

La primera medida que adoptó Bielsa, incluso antes de llegar a Bilbao, fue adelantar el viaje de la expedición rojiblanca a la localidad de Oliva para ayer por la tarde, para que pudieran entrenar desde bien pronto en la mañana de hoy. Sin embargo, ayer sorprendió a todos cuando decidió quedarse en la capital vizcaína y no venir a tierras valencianas, como sí hizo el resto de la expedición. El motivo que esgrimió fue que desea conocer mejor a las personas que trabajan en el club, especialmente en el fútbol base. Finalmente viajará mañana junto con el presidente Urrutia. Así, el Athletic, que volvió a trabajar el pasado domingo, completará casi una semana entera sin haberse entrenado un solo día con su nuevo entrenador.