El mexicano Javier Aguirre, nuevo entrenador del Espanyol, ha dicho durante su presentación que, en su opinión y pese a que el equipo es colista de Primera división, "con la cabeza, corazón y lo que sigue abajo", está convencido de la salvación del equipo.

El técnico mexicano ha advertido de que la situación del bloque "es contrarreloj", y que el equipo tiene que hacer "lo que haga falta" para salir adelante. Además, también bromeó sobre su regreso a los banquillos: "Tengo que entrenar, mi mujer no me quiere en casa".

Su prioridad es "diagnosticar" el estado del vestuario y "atacar de raíz si hay algún problema, detectar si los jugadores está abatidos, derrotados... y buscar una solución".

El 'Vasco' ha apuntado que el equipo "necesita un resultado como agua de mayo". Además, ha confesado que su objetivo es "contagiar la ilusión a la gente". El preparador desea "pasar página y empezar de cero", aunque respeta "mucho" a Pochettino como entrenador y colega. "Tengo una gran base de trabajo", ha indicado.

Aguirre ha insistido en que ahora empieza "una nueva etapa". Y la arranca sin prejuicios sobre la plantilla: "No empiezo con titulares, suplentes, jóvenes, viejos, amigos o enemigos. El objetivo es la salvación y estamos a tiempo. El equipo tiene calidad y no ha conseguido los resultados que se merecía".

En este sentido, el mexicano no piensa en fichajes. "Tengo que valorarlo no hemos hablado de enero. Hemos hablado de lo que tenemos, no de lo que no tenemos. Sólo pienso en mi vestuario. Me incorporo a la nave y quiero llegar a feliz puerto. Hay que fajarse bien los pantalones y no tener miedo a nada ", ha comentado.

Finalmente, Aguirre ha valorado la situación de los veteranos Simao y Capdevila, sin mucho protagonismo en la etapa de Mauricio Pochettino.

"Soy justo y frontal, el que esté mejor jugará. Todos deben entender que la prioridad es sumar", ha dicho. Sobre su compatriota Héctor Moreno, ha advertido que el central no será su favorito. "Le exigiré más", ha indicado.