La faceta más temperamental de Neymar, la que le llevó a protagonizar incontables polémicas en el Santos, rebrotó en la Copa América y le costó a la selección brasileña perder a su principal figura. El seleccionador brasileño, Dunga, ya ha comenzado a buscar alternativas para la ausencia del barcelonista en los dos próximos partidos de la Copa América (le ha caído uno por acumulación de amarillas y otro por su expulsión ante Colombia). Se pierde el choque ante Venezuela y si los hubiese, los cuartos de final.

Al acabar el partido, con la victoria colombiana por 1-0, Neymar le propinó un balonazo en la espalda a Pablo Armero y desencadenó una trifulca por la que fueron expulsados él y el colombiano Carlos Bacca. Pero este no ha sido el único gesto extemporáneo del astro brasileño en la Copa América y tampoco el único balonazo que da. En la ciudad de Temuco, donde Brasil jugó contra Perú, al intentar devolver un balón a los seguidores que hacían guardia a las puertas del hotel de concentración de la selección, Neymar golpeó con el cuero de forma involuntaria a un niño y después se metió en el autobús. El técnico Dunga, al ver la escena, buscó al niño y lo llevó dentro del vehículo para que Neymar le pidiera disculpas y le firmara el balón en privado.

En el partido contra Perú recibió una amarilla por mover la espuma con la que el árbitro señaló el punto desde donde debería sacar una falta. Después de su expulsión contra Colombia, Neymar negó haber perdido los papeles y acusó a los árbitros de aplicar las normas con un exceso de celo contra él.