Calleja sigue en la cuerda floja, pero se sentará como mínimo en el banquillo un partido más, el próximo sábado 20 después del parón contra el Atlético de Madrid. Esa es, al menos, la decisión a nivel interno de la directiva, partidaria de darle una bola extra por su condición de hombre de la casa y los problemas que se le han acumulado en el centro del campo con las bajas a nivel defensivo de Javi Fuego, Bruno Soriano y Santiago Cáseres.

El Villarreal, a un punto del descenso y sin victorias en Europa pese a los 80 millones gastados en fichajes y sus más de 100 en presupuesto, no carbura. Y la posición del entrenador, que no da con la tecla, es más que delicada. Si la reacción no llega, su continuidad se antoja imposible a corto plazo. Y es que la derrota del pasado domingo contra el Espanyol lo ha dejado en una situación límite.

"He hablado con el presidente y me transmite tranquilidad. Siempre me he sentido con el apoyo del club", dijo en Cornellà el técnico, promocionado desde la cantera hace justo un año como sustituto de un Escribá que cayó en la sexta jornada.

El Villarreal no ha logrado encontrar una idea de juego que le lleve a tener regularidad, lo que le ha hecho tener muchas dudas y perder la confianza. A este segundo parón por selecciones en la decimosexta posición liguera, con dos victorias, dos empates y cuatro derrotas, con un buen registro de seis goles recibidos pero que penalizado por los problemas en ataque que le han llevado a marcar solo seis tantos en ocho jornadas.

Calleja apostó por un sistema de juego abierto y ofensivo, con la idea de jugar en rombo y tener un mayor control de la pelota, pero el arranque fue accidentado. Sobre todo en casa al perder los tres primeros partidos con Real Sociedad, Valladolid y Girona y empatar con el Rangers en Europa. Los problemas del centro del campo hicieron virar la idea de juego y el técnico decidió recuperar el doble pivote, apostando por Funes Mori, lo que parece haber equilibrado al equipo en algunos partidos. Sin embargo, las sensaciones de mejora han desaparecido en los tres últimos.

Los amarillos suman 10 partidos oficiales, con dos victorias, cuatro empates y cuatro derrotas, lo que supone uno de los peores arranques de temporada y parecidos a los de las campañas que cerró con el descenso de categoría. De hecho, tras ocho jornadas, el arranque liguero es el quinto peor en su 20 temporadas en Primera División.