Víctor Ruiz regresará este viernes, salvo sorpresa mayúscula, a la convocatoria y el equipo titular amarillo. El zaguero catalán formado en las inferiores del RCD Espanyol no pudo estar en el trascendental partido de la semana pasada ante su ex equipo por acumulación de amonestaciones, pero en este nada le impide estar a disposición de Calleja para formar parte de los once 'guerreros' —parafraseando a Asenjo— que salten al césped del Nuevo José Zorrilla. De hecho, por su demarcación y sus características, su regreso sin duda 'alimenta' la puesta en escena de Calleja ante el Espanyol con tres centrales y dos carrileros, que al menos le sirvió para hacer media parte buena y una hora aceptable de partido.

Sin duda el sistema es una de las grandes incógnitas del Villarreal en Pucela tras la novedosa apuesta del técnico en su regreso al banquillo y, aunque en la coyuntura actual más que 'cómo' lo que realmente importa es 'qué' logra obtener el equipo ante otro rival directo por eludir el descenso, el medio para conseguirlo puede ser vital en el empeño.

En la formación mostrada por Calleja ante el Espanyol, el central que ocupó el eje de la zaga fue el italiano Daniele Bonera y precisamente él ayer fue quien tomó la palabra para evaluar la puesta en escena del nuevo sistema: "La verdad es que el equipo tuvo buena sensación y yo personalmente me encontré bien. El equipo parecía más compacto y es una posición que me gusta, pero no sé si seguiremos así o no...". Las palabras del italiano parecen una invitación a la repetición de la línea de tres, si bien el italiano a priori sería el damnificado y no precisamente por el gol en propia puerta que se marcó ante el Espanyol, sino porque Víctor puede encajar en el flanco zurdo o en el eje, pero para las marcas se necesita un punto más de agresividad e intensidad que es el que deben aportar Álvaro y Ramiro Funes Mori.

Oportunidad

Enfrente el Submarino tendrá este viernes al equipo que menos goles ha marcado en lo que llevamos de campeonato, lo que hace pensar que a poco que el equipo asiente esa solidez que por momentos mostró ante el Espanyol, podrá lograr un objetivo secundario como ahora mismo es mantener su portería a cero ya que el prioritario es hacer un gol más que el contrario y, por tanto ganar.

En todos los estamentos del club amarillo son conscientes de que, aunque se acaban de perder dos oportunidades inmejorables ante Athletic y Espanyol para reaccionar, un triunfo ante el Valladolid revitalizaría al equipo. Matemáticamente los tres puntos que hay en juego no pueden sacar al Villarreal del descenso este viernes ni aunque sólo sea provisionalmente porque la desventaja ahora mismo respecto a la salvación es de cinco puntos, pero sí le dejarían a un único partido de distancia del ansiado objetivo. De hecho, el valor real matemático de los puntos es incuestionable porque además ganando se mete de lleno también al Valladolid en la lucha por eludir el descenso —aunque si por contra se pierde, el hueco respecto a los vallisoletanos sería de 9 puntos—, pero el valor anímico es incuestionable también puesto que todos los estamentos del club amarillo coinciden en que un triunfo es el punto de inflexión que se necesita.