La liga nipona de fútbol arranca este viernes con el debut del delantero español David Villa con el Vissel Kobe, donde será compañero de Andrés Iniesta, en un campeonato en el que también juega Fernando Torres y entrenan tres técnicos españoles.

La edición 2019 de la J-League se presenta como la más prometedora de la última década en cuanto a inversión de los clubes en fichajes, lo que ha permitido incrementar la presencia de estrellas extranjeras con la que los organizadores del campeonato quieren potenciar la proyección internacional.

Será también la ocasión para que vuelvan a coincidir en las filas de un mismo equipo Iniesta y Villa, excompañeros en el Barcelona así como de una histórica generación de la Roja donde también jugó Torres, quien se enfrentará a ambos como rival con su equipo, el Sagan Tosu.

El "Guaje" y el mítico "8" del Barça son, junto al exinternacional alemán Lukas Podolski, los referentes ofensivos de un Vissel que abrirá la competición a domicilio este viernes contra el Cerezo Osaka, entrenado desde esta temporada por el técnico vasco Miguel Ángel Lotina.

El Vissel, por su parte, incorporó a su banquillo a Juan Manuel Lillo el pasado septiembre para tratar de enderezar la trayectoria de un club que pese a su poderío económico terminó la liga en una decepcionante décima posición, un registro que aspira a mejorar esta temporada.

Con motivo de su inminente duelo desde el banquillo contra Lotina, Lillo recordó la primera vez que ambos se enfrentaron como técnicos hace 27 años en Segunda División B, cuando dirigían, respectivamente, al filial del Logroñes y a la Cultural Leonesa.

"Desde entonces nos hemos vuelto a enfrentar varias veces. Nos llevamos muy bien, y estoy deseando volver a competir contra él aquí en Japón", dijo en una rueda de prensa antes del partido Lillo, quien también ha dirigido a la Real Sociedad, al Dorados de Sinaloa Mexicano o a los colombianos Atlético Nacional y Millonarios.

Lotina, por su parte, calificó a Lillo como un técnico "muy trabajador y que vive para el fútbol", y destacó que sus equipos "siempre quieren tener la posesión de la pelota e intentan jugar bien", también en una comparecencia ante los medios antes de estrenarse como entrenador en la Primera división nipona.

Iniesta, asimismo, corroboró que su equipo tratará de trasladar a la liga nipona ese característico estilo de juego de toque que tantos títulos dio al Barcelona y a la selección española, para lo cual ahora contará también con el "Guaje".

"Queremos ser protagonistas, dominar los partidos y crear muchas ocasiones", dijo el mediocampista en un acto de presentación de la J-League celebrado la semana pasada, donde también afirmó que se encuentra "más adaptado" a Japón y "listo para dar lo mejor de sí", tras cerrar el campeonato anterior con 3 tantos marcados en 15 encuentros.

Iniesta y Villa han llegado al Vissel de la mano de Hiroshi Mikitani, propietario del club y del gigante del comercio electrónico Rakuten, quien ha emprendido una "españolización" del equipo con el ambicioso objetivo de convertirlo "en el más fuerte de Japón y del continente asiático", según sus propias palabras.

Más modesto es el Sagan Tosu, el club del sudoeste de Japón donde Torres es el ídolo indiscutible, que selló su permanencia en primera división en la última jornada del campeonato anterior y que este año estará dirigido por Lluís Carreras, extécnico de Mallorca, Zaragoza y Ginmàstic de Tarragona.

De cara a esta temporada, que el Sagan comenzará el día 23 en casa ante el Nagoya Grampus, Torres defendió implantar una mentalidad más ganadora en su equipo con vistas a "sumar y ganar" desde el primer partido, en el antes citado acto.

"Es importante que todos los jugadores entiendan que no es lo mismo ganar que empatar o perder. Cada vez que perdemos un punto nos tiene que doler", dijo Torres refiriéndose a una de las principales diferencias entre la competición nipona y la española.

Además de atraer la atención de más público nacional y extranjero, se espera que la presencia de los astros españoles y de técnicos con experiencia en otras ligas contribuya al crecimiento deportivo y económico de esta exótica competición.

"Creo que la llegada de ideas diferentes de fuera, mezcladas con el buen trabajo que ya se hace en Japón, pueden servir para que la liga siga creciendo y para que sea un campeonato a tener en cuenta a nivel mundial", manifestó en este sentido Iniesta.

La J-League tendrá este año 90 jugadores foráneos, su máximo hasta ahora gracias entre otras cosas a cambios normativos que permiten jugar como nacionales a jugadores de otros países del sudeste asiático.

El campeonato anterior se cerró también con unos ingresos récord de los clubes de 26.767 millones de yenes (206 millones de euros), el doble que el año precedente, y con una asistencia media a los estadios de 19.000 espectadores, según datos de la organización, que confía en mejorar significativamente estos registros.