El Villarreal desprende ganas de enderezar el rumbo tras dos derrotas que desvirtuaron su camino hacia los puestos europeos. Las ganas de redención marcarán el destino de los de Calleja y determinarán si su meta fijada desde el inicio del curso va ligada no sólo a la calidad del equipo, sino también a saber gestionar estados emocionales.

El domingo, en La Cerámica, el Leganés pisará el verde amarillo con evidentes síntomas de vulnerabilidad por su situación en la tabla y por estar en proceso de cicatrización una vez sucedidas dos salidas de fuerza como las de Braithwaite y En-Nesyri, pero lo hará, además de con la intención de asaltar el feudo de un equipo que pelea por objetivos contrarios a los de los pepineros, con los precedentes en la mano.

Los conjuntos que han ido a Vila-real en posiciones de descenso han salido con los tres puntos bajo el brazo y ahí está sumergida la plantilla madrileña. Así se lo chivó, al cuadro blanquiazul, el Espanyol y el Celta de Vigo. De hecho, son las dos únicas derrotas de los amarillos en casa esta temporada. Ni Real Madrid, ni Atlético, ni Getafe ni, por ejemplo, Athletic Club. Sólo lo han logrado dos de los pequeños de la competición doméstica.

Abelardo cogió su nuevo cargo una semana antes de jugar ante el Villarreal y pudo obtener no solo un triunfo bañado en oro, sino también un chute de moral para obtener la salvación. Los gallegos experimentaron una sensación similar, ya que solventaron una visita complicada con un marcador solvente y miraron al futuro con más optimismo, ya que Óscar García obtuvo su primera victoria con el Celta tras hacerse con los servicios celestes pocas semanas antes. No obstante, los de Javier Aguirre tendrán que dejar de lado la estadística que le coloca como uno de los peores visitantes de LaLiga Santander para superar un nuevo escalón en su plan de permanencia.

Pese a ello, en la Plana Baixa hablan otra lengua. El viejo continente requiere rayar a un nivel excelente independientemente del contrincante. Ante el Leganés, el Villarreal debe dar un paso al frente para seguir arriba, demostrar su ambición y dar un golpe de efecto.