Es el momento de las decisiones y muchas van a tener que ser dolorosas. El fútbol va a ser rediseñado con tijera, calculadora y poco margen en el calendario. Hacer previsiones es difícil cuando los especialistas abren un arco de ocho a doce semanas para normalizar la situación de emergencia sanitaria y algunos avisan de picos importantes sobre abril. Conviene ponerse en lo peor y después celebrar lo que se pueda recuperar.

Hoy, lo más prudente es esperar hasta el martes; cuando federaciones, ligas, clubes, futbolistas y UEFA tienen cita para salvar la temporada. Sólo hay un camino: el trabajo en equipo. La opción más probable pasa por sacrificar la Eurocopa, que se aplazaría un semestre o un año. Nada es sencillo porque un positivo demás puede romper cualquier guión y todo está ligado a la emergencia sanitaria. La prioridad es una: la salud y después verificar unas condiciones mínimas para desarrollar las competiciones con normalidad.

El objetivo de todas las partes es salvar lo salvable. Italia va por delante con el fútbol y según la información de La Gazzetta dello Sport la solución menos difícil pasa por llevar la Eurocopa a junio de 2021 o al final de 2020. Así lo ha planteado la Lega.

Calendario apretado hasta julio

El fútbol se ha aplazado dos-tres semanas en previsión de que la situación consiga controlarse, pero el virus es una variable nueva, independiente e incontrolable. El ritmo en la normalización depende del ritmo de la pandemia. Las ligas esperan arrancar hacia mediados de abril y no se descarta que sea a puerta cerrada. Obvio que el deporte pierde emoción y espíritu sin aficionados, pero esa puede ser la realidad en tiempos de coronavirus.

La teoría y la lógica son rotundas: si a mitad de abril se pudiese reanudar el fútbol sería comprimiendo al máximo el calendario (con varios partidos por semana), reduciendo rondas en Champions y en ChampionsEuropa League, prolongando el calendario un par de semanas como mínimo para llegar a la Eurocopa a finales de julio. Rusia (con pocos casos) se ha ofrecido a ser sede de más partidos. Eso, en el mejor de los casos. La referencia en los tiempos es China y las previsiones de Italia o Francia (donde hablan de prolongar la Ligue 1 hasta julio) es mucho más real que las dos jornadas aplazadas de LaLiga española.

La prioridad de todos es terminar las ligas, también la Champions. Pero el calendario de lo que resta de temporada y de la próxima, incluso hasta 2022, va a sufrir reajustes. En lo que parece que coinciden todas las partes es en la opción de aplazar un año la Eurocopa (de junio de 2020 a junio de 2021) o disputarla en noviembre para recuperar lo que falte por jugar en las ligas y en las competiciones europeas durante el verano, casi empalmando temporadas. En el aire están algunas copas nacionales... aunque en España sólo queda la final. Todo es un poco más difícil por los Juegos Olímpicos. Se va a trabajar sobre una hoja de ruta abierta, pero el sacrificio es inevitable.

La Champions, ¿'Final Four' en Estambul?

Salvar la Eurocopa también es una opción, aunque mucho menos probable, según el informe de La Gazzetta. El sacrificio se realizaría en Champions y Europa League, abriendo el futuro a nuevas fórmulas. La intención es volver entre el 7 y el 14 de abril. Todo lo que falta de octavos se jugaría concentrado en uno o dos días, como la Europa League, donde los partidos de Sevilla (Roma) y Getafe (Inter) pueden ser a partido único, lo mismo que la ronda de cuartos. Sobre la mesa está la posibilidad de celebrar una 'final a cuatro' en Estambul. El plan 'C' es celebrar una 'final a ocho' en diez días... tres partidos para ser campeón.

Patrocinadores y derechos de TV

Hay otra cuestión principal: ¿Quién paga? Las péridas están siendo millonarias. La prioridad es la salud y después recuperar el fútbol, pero el negocio ya ha quedado atravesado. Las fórmulas también son de emergencia en el apartado de patrocinadores y derechos de televisión, que al final son los que pagan buena parte del fútbol. Las cadenas también tienen su poder en esta partida. Va a hacer falta una ayuda extra, también asumir la realidad: ahora mismo, es perder o más perder.

La Eurocopa, por ejemplo, vale 2.200 millones de euros. Además de los 700 millones gastados quedan 371 a repartir entre los 24 finalistas: 775 van para las 55 federaciones UEFA y 200 para los clubes por ceder a los futbolistas. El aplazamiento generaría una grieta de 300 millones. La UEFA está dispuesta a aplazar el evento, pero necesita colaboración de los mecenas y las grandes marcas.

Desequilibrio en los presupuestos

La Champions es más difícil proque ya está en juego y porque es anual. Aquí no hay margen, se van a perder para siempre los derechos de televisión. El paquete Champions, Europa League. Si la Champions no se normaliza el desastre económico es tremendo, un mordisco tremendo en los presupuestos y en las cuentas. Un desequilibrio financiero. Por eso se plantea la vía del partido único o de la fase final concentrada en una sede única para amortiguar péridas, que no son fáciles de cuantificar, para todos, para los clubes y para las ligas. La competición reparte 227 millones en conceptos de solidaridad, 130 van a los distintos campeonatos y 100 a los equipos que se quedan en el play-off.

Todo se mueve en el terreno de las hipótesis. Lo mejor es esperar al martes. En Nyon se van a valorar todos los escenarios y las propuestas (a través de videoconferencia) para reescribir la historia. Trabajo en equipo, esa tiene que ser la consigna. El acuerdo entre UEFA, FIFA, federaciones nacionale, clubes y ligas tiene que darse, sólo así podrá salvarse la temporada.