Philippe Coutinho regresó a los entrenamientos del FC Barcelona cuatro días antes de finalizar sus vacaciones. El brasileño tenía previsto volver a la disciplina azulgrana a principios de la próxima semana, pero tomó la decisión de anticipar su puesta a punto con la intención de empezar a trabajar desde ya bajo las órdenes de Koeman e intentar convencerlo de que puede tener un hueco en el primer equipo tras permanecer un año cedido en Alemania.

El atacante viene de una temporada con luces y sombras, pero endulzada en el tramo final, mediante más protagonismo, con la conquista del triplete y, sobre todo, el título de la Champions, donde fue protagonista en cuartos de final marcándole dos goles, precisamente, al conjunto culé y siendo partícipe de un 2-8 que dinamitó la crisis que existe actualmente en el Camp Nou.

A su vez, Coutinho posee la finalidad de sentirse importante y justificar el pago que se abonó por adquirir sus servicios. El ex del Liverpool es el traspaso más caro en la historia de la entidad (120 millones de euros fijos más 40 en variables) y, como azulgrana, nunca ha rendido como indican los precedentes. Por ello, regresa para intentar quitarse la espina y relanzar al Barça hacia un lugar de prestigio a nivel europeo.