Se llama Joao Pedro Martins Dos Santos, juega de defensa central o centrocampista defensivo, es brasileño y tiene 26 años. Futbolista de jerarquía, cuando tenía 22 primaveras un representante (Vicente) le ofreció la posibilidad de recalar en el fútbol español y llegó directo de su país al Club Lemos de Preferente gallega, pero pronto detectó «que las condiciones reales eran totalmente diferentes a las que me dijeron». Pese a ello, Joao apretó los dientes y jugó una campaña en el Lemos y otra más en el Viveiro hasta que un cambio en la normativa le obligó a salir del futbol gallego según él mismo explica: «En Galicia hubo clubes que trajeron futbolistas con un visado para 90 días y que probaron en los equipos, pero que en el caso de no fichar en muchos casos se quedaron tirados y nadie se hizo cargo de su situación. Eso hizo que la federación territorial gallega prohibiese jugar allí a los futbolistas que estaban en nuestra situación».

A Joao se le planteaba una disyuntiva importante porque no podía seguir en el Viveiro pese a la voluntad del club de renovarle y en ese impasse por un lado empezó a estudiar soldadura y por otro apareció un representante, Moisés, que le ofreció venir al fútbol valenciano. Aterrizó entonces en el Buñol desde donde se fue primero al Almassora y luego al Soneja para regresar posteriormente al CD Buñol, donde acaba de lograr la brillante clasificación para la primera ronda de Copa del Rey en la que jugarán ante el Elche CF de LaLiga Santander.

Sin embargo, Joao se acaba de llevar un nuevo revés. Gracias a su formación en soldadura consiguió un puesto de trabajo en una empresa de hormigón soldando forja, pero para poder compaginar su actividad laboral con el fútbol y acudir a los entrenamientos en las semanas en las que tenía turno de tarde tenía que cambiar el turno con algún compañero: «Eso se juntó al hecho de tener que cambiarlo también cuando tuvimos partidos entre semana en el play-off. Yo no sé por qué fue, pero poco antes de viajar en Copa para jugar contra la UD Guía me dijeron que concluía mi contrato por fin de obra y que no me renovaban». Pese a todo, no guarda rencor y aceptaría volver si se lo proponen. Hasta hoy es la cara menos amable de la Copa en Buñol. La más curiosa, la de Albert. "Nino ya estaba en el primer equipo cuando yo era benjamín".