Leopoldo Luque, médico de Diego Maradona, rompió su silencio y dio su versión de los hechos en una rueda de prensa tras haber sido imputado en la investigación (pincha aquí para consultar la noticia del registro de las autoridades en su domicilio).

Estas han sido las diez frases más impactantes de su comparecencia:

"El riesgo de Diego era el consumo, no un ataque cardíaco. Si requeríamos de un desfibrilador y una ambulancia, ese tipo tenía que estar en una unidad coronaria".

"Yo fui el que lo llevó a la clínica. Me metí a su cuarto y casi nos agarramos a las piñas para llevarlo. Yo le decía que se quedara, pero soy médico, no policía o juez. Él se tenía que convencer de mejorar, pero cómo convences a una persona así".

"Diego odiaba a los médicos. Odiaba a los psicólogos, odiaba a todo el mundo en cuanto a la salud. Diego necesitaba ayuda, no había forma de entrarle. Tenía autonomía, él decidía sobre su salud. Es una persona que todo el tiempo podía decidir".

"Estoy muy mal porque se murió mi amigo. Estuve en el entierro, en el velatorio, porque él lo quería así. Vi mucha gente que no había visto nunca... Y que después se diga que no estuve con él... no lo puedo creer".

"¿El responsable de qué? Todos hicimos lo mejor que se pudo. Todos. Yo agradecido a Swiss Medical, a las enfermeras, a la seguridad de él que me llamaba cada vez que lo veían mal, el supuesto el entorno, el entorno tenía que hacer malabares con un tipo que a veces... Me pregunto, ¿no sabían quién era Maradona o yo solo sé lo que era Maradona?".

"Él quería una vida que era mala. Lo veía triste. Diego es una persona muy solitaria. Yo no lo quería molestar, quería que disfrute de su familia. Pensé que eso le iba a hacer bien, pero parece que extrañaba más a los padres, no sé qué le pasaba. Estaba solo y el tema de los padres...".

"Reprochar no me reprocho nada. Estoy orgulloso por todo lo que hice por Diego, por su familia. Están buscando un culpable cuando yo no veo en ningún lado. Si le quieren echar la culpa a una pobre enfermera, que lo hagan. Dicen que una cabeza tiene que rodar, no sé por qué, con Diego se hizo lo mejor que se pudo".

"A Matías (Morla) le hablo hace un año más o menos, o un año y medio, pero a Diego lo conozco hace cuatro. Yo a Diego llegué de otro lado. Todos, incluyéndolo a él, tratamos, a mí entender, de verlo bien. No vi buenos y malos, el más bravo de todos era Diego. A Diego no le dirigías nada, nada le manejabas. Siempre me aislé, yo no era entorno".

"No me gustó verlo así para nada (por la vez que fue al estadio de Gimnasia en su cumpleaños). Por eso fui el lunes a la casa a decirle que esto no podía ser y me sacaba cagando como siempre".

"De algo soy responsable de Diego, de amarlo, de cuidarlo, de extenderle la vida y mejorársela hasta lo último. Hice lo imposible para eso, conseguía todo lo que nadie podía, como acceder a psicólogo y psiquiatra. Con Diego hablé mucho, me acuerdo una vez que decían que estaba dopado. Le dije 'che, Diego la gente dice que estás dopado, me tienes que ayudar'. Y me dijo: 'Y vos le das bola, si boludos son los que sobran'".