Protección de juego efectivo

Las novedades arbitrales: menos 'penaltitos' y más minutos de juego

Los árbitros añadirán un minuto por cada gol que se marque, además de los 30 segundos de cada sustitución

Joan Domènech

Los partidos de fútbol de 90 minutos han pasado a la historia. Era un lema anticuado, ya que la tendencia era que se añadiera siempre algún minutillo. Ahora serán varios minutos. Los que hagan falta. Los que considere el árbitro. Eso no ha cambiado.

Los árbitros han acordado, en el reciente encuentro preparatorio del Comité Técnico de Árbitros (CTA), que protegerán el juego y al espectador y alargarán los partidos subsanando los minutos malgastados, una tendencia creciente entre las sustituciones (tres ventanas de cambios), las largas y aparatosas celebraciones de los goles, y las simulaciones de lesiones, por no hablar de los retrasos en poner el balón en juego de quienes defienden un marcador ajustado.

La tendencia de Qatar

Por norma general se ha establecido que se añadirá un minuto por cada gol que se marque, que es el promedio que han calculado que duran las celebraciones. Las sustituciones tendrán un promedio de 30 segundos adicionales. Por supuesto, también se incluirá el tiempo que se invierta en cada revisión de VAR.

Los árbitros tienen directrices de que se recupere el máximo tiempo perdido y activen sin miedo el cronómetro en los parones. Un partidos con cinco goles y seis sustituciones llegar fácilmente a sumar más de 100 minutos de duración, como se vio ya en el Mundial de Qatar. Una agonía para el perdedor. Pero también con marcadores ajustados si los futbolistas se empeñan en reducir el tiempo de juego efectivo.

Habrá más minutos y menos “penaltitos” en la afirmación de Luis Medina Cantalejo, el presidente del CTA. Entendidos como penaltitos los contactos leves o de “baja intensidad” en el área como agarrones o cargas y que no serían señalizados como faltas claras en cualquier parte del campo fuera de las áreas. Por el contrario, habrá más rigor y severidad en las entradas fuertes o violentas.

Manos sin amarilla

Las manos volverán a ser uno de los puntos de discusión. No se discutirá la sanción que merecerán: si una mano evita un gol, con el portero superado, será castigada con tarjeta roja; una mano en un centro, en un remate que no va a portería o va dirigido entre los tres palos y el portero está detrás, será penalti pero no conllevará una tarjeta roja ni amarilla para el infractor. Y, precisamente en los penaltis, los árbitros reprimirán las acciones de los porteros (y si procede de los jugadores) que pretenden molestar, distraer o provocar al lanzador. Represión con amonestación, claro.

Menos visible para el espectador será que el árbitro asistente reserva podrá ayudar al árbitro titular si observa alguna infracción desde la banda, y no solo las cometidas por los técnicos y los suplentes. Hasta ahora eran meros recambios para casos de lesión del colegiado. Si desde el banquillo, por ejemplo, alguien no identificado lanza un balón al campo, el castigado será el entrenador porque se le considera el máximo responsable del grupo.