Benítez cree que no se juega el puesto: "Mi futuro son tres años"

El entrenador del RC Celta, Rafa Benítez, afirmó este sábado que no tiene la sensación de que se juegue su puesto en los dos próximos partidos de LaLiga contra Cádiz y Almería, antepenúltimo y último clasificado respectivamente de la categoría.

"Para nada me estoy jugando mi continuidad. Mi futuro son tres años y los próximos 13 partidos, eso lo tengo clarísimo. Lo tengo yo y quiero que lo tenga todo el mundo. Nosotros tenemos que estar unidos para hacer que el proyecto sea sólido y pueda crecer más. Estoy convencido de eso, y lo repito una y mil veces", afirmó.

No obstante, el veterano técnico es consciente de la importancia del duelo de mañana en el estadio Nuevo Mirandilla, donde le espera un Cádiz al que ahora mismo su equipo aventaja en tres puntos.

"La importancia del partido la conocemos todos. Si nosotros estamos dándole vueltas a estas cosas, imagínate como estarán ellos. Por eso importante manejar las cosas como te van llegando. Seguro que ellos están peor que nosotros", indicó.

En este sentido, subrayó que su "experiencia" le dice que lo mejor es "mantener la tensión" pero evitar calificar el partido como una final porque después aún quedarán doce jornadas.

Benítez espera un partido diferente al de la primera vuelta en Balaídos porque ahora el Cádiz está jugando con una línea de cuatro en defensa que cree que su discípulo Mauricio Pellegrino no cambiará mañana.

"Es un equipo equilibrado, con Mauricio tiene un sistema definido y todos los jugadores saben lo que tienen que hacer. Es un bloque sólido, con dificultades para hacer gol y que encaja como todos los que estamos ahí abajo, pero no espero cosas raras", ahondó.

El entrenador del Celta cree que el Cádiz intentará "llevar la iniciativa, atacar y presionar" porque se juega más en el choque, de ahí que haya pedido a sus futbolistas que sean "inteligentes" para manejar los tiempos del duelo.

Benítez, por último, no escondió su satisfacción por la presencia en el banquillo gaditano del argentino Pellegrino, al que dirigió en el Valencia y luego se llevó al Liverpool.

"Siempre que ves a tus exjugadores como entrenadores es una pequeña satisfacción. Todo lo que pueda hablar de Mauricio será positivo porque como futbolista era de los que vivía el fútbol, transmitía, ayudaba a los compañeros, lo analizaba bien. Y como ayudante ha sido lo mismo y ahora lo es como entrenador", concluyó.