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El calor y la salud ocular

Entrevista al Dr. Carlos Vergés

Dr. Carlos Vergés

jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitari Dexeus de Barcelona

¿Cómo afectan las altas temperaturas a la salud ocular?

El calor es un factor que puede alterar la salud ocular. Las altas temperaturas provocan la rápida evaporación de la lágrima, ocasionando la sequedad de la superficie ocular y causando molestias e irritación de ojos. Esto es especialmente importante en los casos que ya padecen la enfermedad de ojo seco, se pueden agravar los síntomas e incluso aparecer fenómenos de queratitis (ulceras corneales).

Además, con el calor y el sol, se produce un estrés importante sobre la superficie ocular, se dañan las células de los epitelios conjuntival y corneal, afectándose la respuesta inmunológica, lo cual favorece la aparición de infecciones. Durante el verano hay una mayor incidencia de conjuntivitis así que su presencia nos indica que hay que proteger mejor los ojos.

A más calor, más aires acondicionados, ventiladores, cambios bruscos de temperatura… ¿cómo lo sufren nuestros ojos?

Es cierto que, para luchar contra las altas temperaturas, utilizamos ventiladores o aires acondicionados, que cambian la temperatura bruscamente entre interior y exterior de los recintos y, muy especialmente, provocan un descenso en la humedad, resecan el ambiente, lo cual vuelve a suponer un efecto negativo sobre la película lagrimal, se acelera su evaporación y la aparición de ojo seco.

Los ventiladores no tienen el efecto de reducir la humedad ambiental pero sí de ocasionar un flujo de aire que ocasiona efectos similares, la rápida evaporación de la película lagrimal.

¿Qué síntomas tiene la sequedad ocular y que problemas se derivan de ella?

Cuando se evapora la película lagrimal, se produce un descenso en la temperatura de la superficie ocular y se activan los receptores que controlan la temperatura (cold receptors), generando una señal de molestia tipo “cuerpo extraño”, como si nos hubiera entrado algo en los ojos. Al mismo tiempo, la evaporación de la lágrima reduce la capacidad de lubricar la superficie ocular, generando la sensación de “roce” en el parpadeo. Esta fricción de los párpados sobre el ojo se suma a la activación de los nervios de la córnea y genera más molestias o incluso dolor.

Por último, otro problema relacionado con la sequedad ocular es el deterioro de la calidad visual. Al romperse antes la película lagrimal por el exceso de evaporación, se ve borroso, y nos cuesta enfocar más los objetos, especialmente las pantallas de ordenador, dificultando el trabajo y provocando mayor cansancio ocular (astenopia, dolor de ojos y de cabeza).

¿Qué personas deben cuidar especialmente su vista ante las altas temperaturas?

Las personas más sensibles a las altas temperaturas son las que sufren ojo seco, ya que esta enfermedad ocasiona la evaporación de la lágrima y por ello, si se asocia un factor que incrementa esta evaporación, como son las altas temperaturas, se agravará su enfermedad.

¿Cómo debemos proteger los ojos tanto del sol (rayos UV) como del aire caliente?

En épocas estivales, con calor y sol, lo más recomendable es acordarse de que hay que proteger la piel y los ojos, muy especialmente en las personas que ya sufren problemas oculares, como ojo seco o alteraciones de la retina y por ello es preciso consultar al oftalmólogo para que nos recomiende en cada caso qué debemos hacer para evitar que estas enfermedades se agraven.

En el caso aislado de las altas temperaturas, la mejor protección es evitar los aires acondicionados y ventiladores, pero si no podemos evitarlos, recomendamos utilizar lágrimas artificiales, especialmente las que tienen en su formulación ácido hialurónica de cadena larga o alto peso molecular (consultar con el oftalmólogo o el farmacéutico), ya que además de lubricar la superficie ocular, tienen efeto antiinflamatorio y ayuda a regenerar las células dañadas por la sequedad.

Con el sol y el calor, se afecta la calidad de la película lagrimal, se evapora con mayor rapidez y para evitar o retrasar la evaporación, sabemos que es fundamental hidratarse correctamente. Insistimos en la hidratación porque es importante para nuestra salud en general, pero además, contribuye para que tengamos una lágrima de mejor calidad y reducir la sequedad.

En el caso de la protección solar, es fundamental utilizar gafas con filtros ultravioleta para evitar que las radiaciones solares dañen los tejidos de los párpados y ojos. Las gafas deben tener una montura suficientemente grande para proteger los párpados ya que su piel es la más delicada del cuerpo y hay que evitar la acción directa del sol. Por otra parte, la radiación solar, es muy nociva para los tejidos del ojo, desde su superficie hasta su interior, en la retina.

En la superficie del ojo, se daña la córnea y la conjuntiva, ocasionando queratitis, inflamación del epitelio que ocasiona dolor ocular y mala visión. En el interior del ojo, cuando la radiación solar alcanza la retina y muy especialmente la mácula, puede ocasionar graves problemas que afectan a la visión, agravando las degeneraciones maculares en aquellas personas que padecen este tipo de enfermedades.

También es importante recordar que, en las vacaciones, solemos olvidarnos de realizar los tratamientos que estamos realizando y no somos tan constantes al ponernos las gotas cuando toca y los oftalmólogos sabemos que hay muchas enfermedades que pueden agravarse, como el caso del glaucoma u otras.

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