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Salud masculina 40 - 60 años

Entrevista a la Dra. Elvira Polo Alonso

Dra. Elvira Polo Alonso

especialista en Urología del Hospital Quirónsalud Málaga

¿Qué problemas urológicos son los más frecuentes en esta etapa de la vida y ven más en consulta?

Generalmente entre los 45 y 50 años es cuando los varones acuden por primera vez al urólogo para su chequeo general si no tienen ningún tipo de síntomas, recomendado por su médico de atención primaria o por el boca a boca en su trabajo o grupos de amigos.

Si han comenzado a aparecer determinados síntomas de tracto urinario inferior (STUI), estos son los que les lleva a consultar, por ejemplo el levantarse por la noche a orinar (nocturia), que el chorro de la orina tenga menor fuerza y calibre, etc.

Tenemos muchos pacientes que consultan para valorar su fertilidad en esa década de la vida, tengan o no descendencia previa.

Entre las más graves figuran las enfermedades de la próstata, sobre todo el cáncer de próstata. ¿Por qué se produce y cuál es su prevalencia en España?

Hay una gran variedad de factores externos/ambientales que se han planteado como asociados al riesgo de desarrollo de cáncer de próstata, o que son importantes de cara a la progresión del mismo, al igual que ocurre en otros muchos tipos de cáncer. Por ejemplo la presencia de síndrome metabólico o hipertensión arterial se han asociado con mayor riesgo. Igualmente, la hipercolesterolemia y la obesidad suponen factores de riesgo en este sentido. El cáncer de próstata puede tener un factor hereditario, por ello es tan importante si existe historia en la familia directa comenzar los chequeos a partir de los 45 años.

La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) en su actualización de 2023, estima en 29.002 el número de nuevos casos de cáncer de próstata que se diagnosticaran a lo largo de este año.

¿Cómo se diagnostica?

El PSA (antígeno prostático específico) que se detecta en sangre es el marcador prostático, no es específico de cáncer, ya que puede elevarse por otras razones como las infecciones de orina o prostatitis. Este marcador permite monitorizar sus niveles a lo largo de la vida adulta del varón de forma anual y si se eleva es un indicador de que es necesario investigar más allá. Además, el tacto rectal sigue siendo otra herramienta que se mantiene en la exploración física urológica para completar el diagnóstico.

El uso de la Resonancia Magnética multiparamétrica (RMN mp) de próstata ha permitido en los últimos años poder tener una imagen de la próstata durante el diagnóstico y plantear entonces la necesidad de una biopsia de próstata. En definitiva, la biopsia es la que da el diagnóstico final, porque es el tejido prostático el que se manda a analizar. En ese sentido la biopsia prostática por fusión de imágenes permite tomar muestras además de las lesiones sospechosas que describa la RMN.

¿Las patologías prostáticas pueden prevenirse?

Si hablamos de cáncer, como hemos comentado hay factores que si los erradicamos favorecen que las posibilidades de aparición sean menores. En cuanto a otras patologías, como por ejemplo el agrandamiento prostático, es algo que ocurre de forma fisiológica en al varón a partir de los 45-50 años, no hay nada que el varón pueda a hacer para evitarlo. Pero algo que hay que tener en cuenta es que nosotros no tratamos volúmenes de próstata sino síntomas de tracto urinario inferior.

¿Cómo de importante es su diagnóstico precoz?

Como en cualquier patología tumoral cuanto antes se detecte mejor será su evolución y posible tratamiento. Del mismo modo, como en otros cánceres, no todo el cáncer de próstata es igual ni se maneja del mismo modo. Actualmente un cáncer de próstata de bajo riesgo y muy bajo volumen, de manera segura se puede manejar con vigilancia activa y seguimiento, sin necesidad de realizar tratamiento activo de inicio. Es cierto que la evolución del cáncer de próstata es muy lenta cuando se diagnostica pronto, por lo que juega a nuestro favor y en favor del paciente el hecho de diagnosticarlo tempranamente.

¿Qué papel juegan las revisiones periódicas en su detección?

Es fundamental, porque si el varón se realiza sus revisiones anuales y al cabo de los años su PSA cambia de un año a otro, se encienden las alarmas y es necesario investigar más allá, realizando una RMN como comentábamos y si necesario realizando una biopsia de próstata.

¿En qué consiste una revisión urológica rutinaria?

Hablando de la salud del varón hay una serie de aspectos que se hacen de rutina en una primera visita: anamnesis (conocer los antecedentes personales y familiares, factor de la historia previa de cáncer prostático en la familia, cuestiones sobre la calidad de su micción), una exploración física que incluye los genitales y el tacto rectal. Y como pruebas complementarias, una ecografía urológica con medición de volumen prostático, una analítica de sangre y orina que incluye el PSA, flujometría (una prueba de micción para ver el flujo urinario) y solemos dar un cuestionario para analizar los síntomas (IPSS).

¿A partir de qué edad es aconsejable hacérselas y con qué frecuencia?

Según las Guías de la Asociación Europea de Urología (EAU) en su actualización más reciente en marzo 2023: varones a partir de los 50 años en la población general, si historia familiar de cáncer de próstata debe ser a partir de los 45 años, varones con ascendencia africana (por el mayor riesgo genético asociado a la raza) a partir de los 45 años, aquellos varones que porten la mutación BRCA2 a partir de los 40 años. Basado en el PSA previo las guías establecen seguimiento cada 2 años en: varones que tienen PSA ›1 ng/mL a los 40 años y en varones con PSA ›2 ng/mL a los 60 años. No obstante, en general recomendamos una revisión anual a partir de los 50 años si no existen antecedentes familiares.

¿Ante que síntomas de alerta se debería acudir antes a consulta?

El cáncer de próstata en general es asintomático y si produce síntomas concretos suele ser de enfermedad avanzada y ya extendida a otros órganos y esto es lo que produce la sintomatología (muy raro que ocurra en la actualidad). Es completamente normal, y son síntomas de tracto urinario inferior que no tienen por qué estar relacionados con cáncer, notar un aumento de la frecuencia miccional, levantarse por la noche a orinar, que el chorro sea entrecortado. Sin embargo, hay otro tipo de tumores urológicos que pueden desarrollarse tanto en varones como mujeres que sí dan síntomas de alerta como es ver sangre en la orina (hematuria), es un signo a investigar para descartar presencia de carcinoma urotelial (vejiga/tracto urinario superior)

Según las encuestas, en España, solo cuatro de cada diez hombres acuden al urólogo al menos una vez al año. ¿Por qué esta reticencia?

Yo creo que en general en los varones en España continúa existiendo cierto tabú respecto a determinados aspectos, y sobre todo lo que concierne al ámbito prostático/genital/función sexual. Así como las mujeres asumimos hace décadas que la prevención era la base de poder asegurar una buena evolución ginecológica, en los hombres es algo que quizás no ha calado tanto. Por eso a nivel mundial se intenta concienciar de la salud masculina con el movimiento Movember que se realiza durante el mes de noviembre con publicaciones, charlas y eventos incluso de recaudación de fondos para la investigación.

¿Qué les diría a los hombres para mejorar su concienciación y que cuiden su salud urológica?

Fundamentalmente que no tengan vergüenza, una revisión urológica al año no implica nada doloroso ni desagradable y nos puede evitar consecuencias mayores en edades más avanzadas de la vida. Estamos en el siglo XXI y los tabúes y el ser cohibido no debería existir cuando hablamos de salud y prevención, todos somos profesionales y es nuestro trabajo y nuestro día a día.