Los lectores de SUPER conocen bien la historia y la trayectoria de Carlos Soler, un futbolista que estaba predestinado desde niño a ser lo que hoy afortunadamente es gracias a su esfuerzo, a sus condiciones y a la apuesta el club por sus jóvenes valores. Con solo 22 años, lleva ya 15 en el Valencia CF, cuatro como miembro de la primera plantilla, un título de la Copa del Rey y 125 partidos oficiales, números que alertan de que estamos ante un jugador llamado a hacer historia y, como se suele decir en estos casos tan poco comunes, a marcar una época, sin perder de vista que estas cosas en el fútbol actual solo se pueden decir con la boca pequeña. No importa. Escuchamos a su representante decir que la ampliación de contrato con el Valencia CF se ha hecho porque Carlos así lo ha querido y como Soler ha querido, un mensaje que no le puede venir mejor ahora mismo al club porque una cosa son las palabras y otra muy distinta ponerlas sobre papeles y firmar. Cuando el Valencia CF despide a Marcelino, en aquel momento el Valencia CF es el malo, por mucho que la decisión se justifique con una apuesta por la cantera en la que el entrenador no estaba alineado con la rotundidad que exige la empresa. Otra cosa es, tres meses después, renovar a Carlos Soler y convertirlo en uno de los iconos de este club, porque el futbolista elige quedarse y apostar por este proyecto cuando podría haber elegido otras opciones.

En la renovación de Soler, y no va a ser la única porque van a venir algunas más, han pesado por tanto muchos factores. El primero, su deseo de seguir haciendo historia con esta camiseta. Obviamente la apuesta del club y también la silenciosa labor de Albert Celades, con el que el jugador vislumbra un futuro brillante siendo uno de los principales protagonistas de esa historia. Aunque existe otra variable que quizá se quede un poco al margen de los análisis, pero seguramente es la que más peso ha tenido, que es la familia. Es un día para que el valencianismo esté orgulloso y crea un poco más en el futuro de este equipo y este club, que hacía falta,pero es un día sobre todo para dar la enhorabuena a la familia Soler por haber sido desde el primer día un apoyo esencial ye incondicional para que se haga realidad el sueño de su hijo, por su valencianismo, por su carácter y por todas las virtudes que le han transmitido y que, pese a la fama o el dinero, lo han alejado de ser aquello que entendemos por un niñato, aunque en esto siempre habrá quien no está de acuerdo.

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