Es el dilema de Koné... y de Juan Ignacio. Los 18 goles de la renovación automática del marfileño —le faltan dos— le quitan el sueño al de Rabasa, aunque prefiere optar por el camino de la naturalidad, sin cábalas ni conjeturas, «pero que él sea feliz». JIM se rinde ante su jugador estrella, pero desconoce qué se le pasa por la cabeza al ´2´. Lo que sí tiene claro es que lo que haga «será por el bien del Levante». «Estoy encantado con su rendimiento. Koné estuvo excepcional en Sevilla; incluso podía llevar ya los 18. Toquemos madera y que juegue todos los partidos, y si hace falta que las ponga para que las meta otro, pero que sea feliz», explica el técnico, quien cataloga de «surrealista» que está situación exista de su pasado en Holanda. «Esa cláusula viene de cuando estaba en el PSV y es surrealista que esté a punto de cumplirla con un equipo que no es el Sevilla. Lo de Koné no me deja dormir; no sé, en serio, cuál es la sensación. Que meta un gol y el resto que asista a los demás», añadió Juan Ignacio.

Arouna prefiere no airear demasiado su futuro con sus declaraciones para que nada ni nadie le descentre del sueño por Europa, ni que con ello pueda meterse en un jardín con un club que todavía tiene sus derechos y al que no le mola ni un pelo volver. Quedan cuatro finales para hacer historia y el artillero sabe que por sus botas pasa la machada. La ´empanada´ es evidente, y para colmo se sumó en el Pizjuán a la lista de apercibidos, lo que le da más chispa a una situación que acapara muchos titulares. A estas alturas de la competición, y sin un ´9´ puro que le dé un respiro, el Levante no se puede permitir ni un minuto sin su estrella. «Si me dice mañana Koné ´míster, no juego más´, le contesto que ´sube al presidente, que te da un bofetón´», bromeó el preparador del SuperLevante.

JIM mima constantemente a su jugador franquicia. «Si Koné ha tenido que descansar para llegar a su mejor rendimiento, genial para él y para cualquiera otro si lo necesita», explicó el de Rabasa. El lunes tuvo permiso para ausentarse de la sesión, el miércoles realizó un trabajo específico, al margen del grupo, como consecuencia de las molestias sufridas en el pie en un lance con Javi Varas del pasado sábado, y ayer se reintegró al grupo y completó la totalidad del entrenamiento con la misma intensidad e igual ritmo que el resto de sus compañeros. Koné ya sabe lo que es marcarle al Granada, aunque en Los Cármenes no valió para rascar nada ya que los tres puntos se quedaron en Andalucía.

El reto de sus vidas

«Nuestra gran final empieza ante el Granada. Creo que va a ser un partido trepidante; ellos vendrán a intentar sorprendernos. Es un equipo que ha ido a más y que tiene buenos jugadores a nivel ofensivo. Va a ser difícil, porque ellos se juegan la permanencia, pero el apoyo de la afición nos ayudará». Juan Ignacio sabe que mañana tiene el primer reto hacia la gloria, pero insiste en que no hay que dar nada por hecho antes de tiempo. Orriols responderá desde la despedida al equipo en el entrenamiento del mismo día de partido. JIM no olvida que ese respaldo dio efecto «en un equipo que se iba a pique» en el camino hacia la permanencia. «Fue muy emotivo; recuerdo el encadenamiento humano de la temporada pasada alrededor del campo. Los jugadores son conscientes de que tienen que estar al margen. Es un momento de mucho sentimiento, de agradecimiento por conseguir una meta histórica», desgranó sobre el ambiente de unión absoluta que se vivirá.

Como ya hicieron el día anterior los capitanes, Juan Ignacio buscó darle un impulso a la campaña de movilización que ha activado el club para estas cuatro últimas ´batallas´ por acceder por primera vez a Europa. Orriols reventará y el vestuario no quiere fallarles: «Ahora estamos en ese sueño, queda poco para que acabe la Liga. Nos jugamos un sueño tan bonito como es acabar en puestos europeos. Todo pasa por nosotros, pero primero está el Granada, no hay que mirar más allá. Con el aliento de la afición, seguro que lo vamos a conseguir».