Efecto insuficiente desde el banquillo

Tras veintidós disputados en clave levantinista, ninguno de los tres entrenadores han calado en el plano estadístico. Paco López y Alessio han sumado un punto más que Pereira

Los tres técnicos se han sentado en el banquillo del Ciutat de València sin el resultado esperado. El Levante es colista con once puntos.

Los tres técnicos se han sentado en el banquillo del Ciutat de València sin el resultado esperado. El Levante es colista con once puntos. / Rafael Esteve

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El entrenador es lo de menos en el Ciutat. La realidad es que más allá de Paco López, Javi Pereira y Alessio Lisci, la plantilla ha sido incapaz de sacar puntos de tres en tres, ser sólida en defensa y conseguir algo de regularidad en la temporada. Haciendo bagaje los números de los tres protagonistas en el área técnica son prácticamente iguales este curso. Y eso no es una buena noticia. Con Quico Catalán en un momento más que delicado, la toma de decisiones sobre el banquillo ha sido una de las causantes de una temporada que poco a poco se acerca a un desenlace que nadie desea: el descenso. Y eso va desde apostar por el técnico de Silla cuando la confianza en verano estaba en un momento de dudas, a la decisión de Javi Pereira y la posterior confirmación de Alessio Lisci, quien tampoco ha logrado cambiar la dinámica desde que se hizo con el primer equipo.

Paco López, tras ocho jornadas de campeonato, pagó los platos rotos de un verano que desgastó su figura y agotó su paciencia después de un mercado estival en el que la plantilla, además de estar masificada, quedó descompensada. Además, el palo de Morales en la primera jornada ante el Cádiz, y el de Cantero contra el Madrid, empezaron a cavar su destino, poniendo punto y final a su etapa en el banquillo de Orriols, después de cinco temporadas destacables, con cuatro puntos en ocho duelos en la presente temporada.

La racha, además de abrir la duda de si prescindir de uno de los mejores entrenadores de la historia del Levante y un cúmulo de opiniones, dio pie a dar volantazo y a cambiar de líder en el banquillo. Sin embargo, la elección fue errónea según las estadísticas que registró Javi Pereira, quien cogió el relevo. Alabado por una dirección deportiva que fue destituida en bloque un mes y medio después, el entrenador extremeño, independientemente de lo accidentada que fue su llegada a València por las restricciones que tuvo que sufrir en China, registró menor porcentaje de puntuación que el valenciano. Tres puntos en siete partidos fue su balance en su primera toma de contacto con la élite como primero. Una concentración en El Saler para que los jugadores recuperasen tono físico fue lo único que pudo cambiar, ya que tácticamente, su discurso de ser un equipo férreo atrás e insistente arriba quedó en vano.

Ahora, la losa la carga Alessio Lisci, entrenador formado en Buñol durante una década y que se ha topado con la cruda realidad. Pese a que haya estado involucrado en el apartado de llegadas durante el periodo de traspasos invernal, sus ganas de demostrar en Primera no corresponden con los cuatro puntos logrados en siete enfrentamientos, aunque tres de ellos datan de la única victoria del curso. Con su contrato todavía por resolver, ya que lo finaliza el 30 de junio de este año, el italiano tendrá que afrontar un objetivo cada vez más empinado al estar la decimoséptima plaza a doce puntos. En definitiva, tres técnicos no han sido suficientes mientras el precipicio de Segunda cada vez está más cerca.