El milagro es cada día más imposible (3-0)

El doblete de Enes Ünal, quien fue granota durante un periplo fugaz hace cinco temporadas, y Aleñá fueron los encargados de hundir al Levante

De Frutos intenta marcharse de varios jugadores del Getafe

De Frutos intenta marcharse de varios jugadores del Getafe / Juanjo Martín

Rafa Esteve

Rafa Esteve

Un minuto es lo que tardó el Levante en volver a su realidad. El gol de Enes Ünal en apenas 45 segundos enseñó el camino hacia la derrota y en cierta medida a LaLiga SmartBank, cada vez más cerca. La caída (3-0) contra el Getafe, equipo que despegó una vez se midieron en la primera vuelta mientras el equipo levantinista siguió navegando en la incerteza, reflejó la cruda verdad que se vive en Orriols. Una dinámica desastrosa y que está a caballo entre el dolor, la frustración y la indiferencia. Enes Ünal, quien fue granota durante un periplo fugaz hace cinco temporadas, y Aleñá fueron los encargados de echar sal a unas heridas que no dejan de arder, ya que en media hora, el otomano anotó un doblete y el centrocampista, en el descuento del enfrentamiento, puso la puntilla que mandó al patíbulo a una plantilla incapaz de dar una alegría. Muestra de que el acantilado de la Segunda División está cada vez más cerca, al igual que un futuro cada vez menos esperanzador.

El Getafe, en un estado envidiable, metió el dedo en la llaga sin anestesia previa y antes de que se cumpliera el primer minuto de partido. El atacante turco, aprovechando el espacio que dejó la defensa y el preciso envío desde la esquina de Mauro Arambarri, mandó a la red el primero del encuentro y tumbar cualquier ilusión de reacción procedente del Levante. Solo Jorge de Frutos, el más activo junto a Roger hasta que los granotas, por enésima vez, cayeron en el derrotismo, fue quien estuvo cerca de creer en una victoria solo apta para ilusos. Al cuarto de hora de choque, el ‘18’ hizo trabajar a David Soria con un fuerte disparo al primer palo, y a falta de cinco minutos para el descanso, envió al palo una maniobra de Bardhi. Sin embargo, diez minutos antes de la clara ocasión del segoviano, Ünal golpeó nuevamente la autoestima de la plantilla de Alessio Lisci, quien fue sustituido en el banquillo por Darío Navarro ante su sanción contra el Cádiz. Después de que Mathías Olivera se aprovechase de una imprecisión de Pepelu, el lateral proyectó hacia el ‘10’ para que este, girándose sobre Postigo, cruzase el balón al palo largo para hacer imposible la estirada de Aitor Fernández. Un 2-0 en media hora que ratificó la deriva de un Levante que no tiene remedio.

Los azulones, que cuando controlaron el cuero lo hicieron con criterio, siguieron la línea de la primera parte durante el segundo asalto. Mathías Olivera, autor de la asistencia del segundo tanto del Getafe, mandó al palo, al poco de la reanudación, una contra de la que fue testigo Martín Cáceres, quien salió en los segundos cuarenta y cinco minutos y cuyo debut no tuvo un efecto positivo en el resultado. No obstante, el Levante, cargado de imprecisiones pero con el argumento de la ‘voluntad’, intentó voltear el luminoso refrescando su once titular, con las entradas de Melero y Dani Gómez, y teniendo alguna que otra oportunidad reseñable. La más clara, precisamente, de Cáceres tras un centro de De Frutos desde la esquina, pero su cabezazo fue palmeado por David Soria. Para más inri, Borja Mayoral, añorado exgranota, llegó a marcar en los últimos coletazos de partido, pero el destino quiso que anotase en fuera de juego para no machacar más todavía la moral de un Levante desmantelado moralmente y futbolísticamente, aunque se apuntó la asistencia del 3-0. Tras deshacerse de Vezo, cedió el balón a Aleñá para poner el definitivo marcador definitivo. Una nueva derrota que, sin ser novedad, deja al cuadro levantinista en el matadero y a la espera de, salvo milagro inesperado, ser sentenciado hacia la división de plata del fútbol español.

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