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El Levante respira en Anduva (0-1)

El equipo granota, con Miñambres en el banquillo, se quita un peso de encima a domicilio y se reencuentra con la victoria un mes después

La celebración del gol de Joni Montiel en Anduva

La celebración del gol de Joni Montiel en Anduva / LUD

Rafa Esteve

Rafa Esteve

Lejos de la incertidumbre y el nerviosismo que reina en Orriols, el encuentro en Anduva se convirtió en el punto de partida para recuperar credibilidad en el objetivo del ascenso a la élite. El Levante, después de navegar en las dudas y sumergirse en la crisis, respira en la categoría y deja, de forma momentánea, su estado para volver a mirar al futuro con firmeza y con optimismo.

Felipe Miñambres, mientras está ultimando la contratación del sustituto de Mehdi Nafti, vio cómo el equipo levantinista volvió a sonreír tras vencer al Mirandés gracias a un tanto de Joni Montiel (0-1). Tocó sufrir. Incluso más de lo previsto, pero el botín de los tres puntos, tras tantos vaivenes emocionales, vale oro para un Levante que no solo quiere más, sino que busca recuperar su estatus en Segunda División.

Sin embargo, el pitido inicial del colegiado supuso, en un abrir y cerrar de ojos, ver a Dani Cárdenas estirarse de manera felina a un lanzamiento de Nico Serrano antes del primer minuto del encuentro. El Mirandés, pese a aterrizar a la cita con la etiqueta de penúltimo de la clasificación, no quiso verse bajo condiciones de inferioridad moral pese a recibir a uno de los candidatos al ascenso, más allá del estado en el que llegó el Levante a Anduva. De hecho, Nico Serrano volvió a probar al canterano, aunque el paso del tiempo le dio el balón y la razón al conjunto de Felipe Miñambres.

Los levantinistas fueron de menos a más, ganaron en confianza y se estiraron en tres cuartos de campo. Brugué, en el feudo donde creció en calidad de cedido en su primera campaña como granota, fue el primero en probar la figura de Ramón Juan tras impactar un cuero de Saracchi en el cuerpo del guardameta, instantes previos a un fuerte disparo desde media distancia de Álex Muñoz que le obligó a esforzarse para impedir el que hubiera sido un auténtico golazo.

La búsqueda del gol fue constante, a pesar de las ocasiones a cuenta gotas del combinado local. Pese a ello, el Levante, en su intento de adelantarse en el marcador, se encontró con una situación cargada de complejidad, pero que sirvió para ver a los granotas comandar el luminoso del campo de Anduva. Un centro de Son sufrió un ligero desvío de Paulo dentro del área. Aunque no alteró la dirección del envío, el mínimo impacto del balón entró dentro de los márgenes de la ilegalidad, y Moreno Aragón señaló la pena máxima para allanar el camino de la victoria a los de Felipe Miñambres.

Pablo Martínez, quien también se curtió en territorio burgalés, quiso celebrar su primera titularidad del curso con gol, pero Ramón Juan le impidió transformar el penalti. Sin embargo, el contexto de la jugada le otorgó a los de Orriols una segunda oportunidad que no desaprovechó. Después de que el cancerbero le detuviese al ‘6’ el disparo, Álex Martín pisó el área antes de que el centrocampista le pegase al esférico. Una acción que fue revisada por el VAR y forzó al árbitro a repetir la pena máxima, para que Joni Montiel, cambiando de lanzador, quitase las telarañas de la escuadra en los últimos coletazos del primer tiempo.

Después de vivir una semana gris, con la derrota ante el Racing de Santander como punto de partida y con el despido de Mehdi Nafti como consecuencia y confirmación de la crisis, el Levante volvió a sentir las emociones sobre las que vivió con la ilusión de ascender. Un mes después de su última victoria, los futbolistas tuvieron en su mano la posibilidad de vencer y volver a mirar al futuro con optimismo y no lo desaprovecharon. No renunciaron tampoco a ampliar el resultado nada más finalizar el descanso, a través de un balón medido a Wesley al que respondió de forma notable Ramón Juan.

No obstante, el plan del segundo asalto pasó por conservar un marcador cuyo valor fue elevado, aunque el Mirandés le buscó las cosquillas a los granotas. Las triangulaciones entre Roberto López, Pinchi y Oriol Rey fueron los argumentos más peligrosos del cuadro de Joseba Etxeberria. De hecho, Rey levantó a los suyos de las gradas de Anduva con un disparo, dirigido a la escuadra, que se marchó por centímetros. Al Levante le tocó sufrir, tambalearse en la cuerda floja y, sobre todo, resistir. Cárdenas, con el final del encuentro asomando, remató a bocajarro un remate de cabeza de Pinchi. Sin embargo, el triunfo, valioso en su totalidad, voló hacia tierras valencianas.