El Levante se queda a medias (1-1)

El equipo de Javi Calleja, en superioridad numérica durante gran parte de la segunda mitad, sumó un punto ante el Oviedo que le permite mantener su imbatibilidad, pero que detiene su escalada 

Una imagen del duelo entre granotas y carbayones en el Ciutat de València

Una imagen del duelo entre granotas y carbayones en el Ciutat de València / Edu Ripoll

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El Levante, después de cosechar dos victorias y dos empates en los cuatro primeros partidos de liga, tiene dos caminos que escoger en su arranque de competición. La posibilidad de ver el vaso medio lleno o medio vacío. Haber sumado ocho unidades de doce posibles no es un comienzo como para alterarse ni para sumergirse en un estado de desconfianza. Ni mucho menos. No obstante, tales fueron las buenas sensaciones, a lo largo de los dos últimos compromisos, que el punto obtenido ante el Oviedo dejó frío a más de uno.

Los de Javi Calleja, con sus más y sus menos, compitieron hasta el último minuto sin aprovechar la superioridad numérica con la que afrontaron la segunda mitad. Un gol de Bastón, casi sin pestañear tras el paso por vestuarios, fue replicado con una diana de Bouldini para poner emoción y esperanza hacia el triunfo. Sin embargo, el Levante fue incapaz de regalarle a su afición una nueva victoria, de la misma manera que abrió incógnitas a resolver, precisamente, un día después del cierre de mercado. Pese a ello, el encuentro ante el Espanyol, programado para el próximo viernes, dará al equipo una segunda oportunidad para demostrar su progresión en el campeonato.

El Ciutat abrió sus puertas a dos candidatos para el ascenso a Primera División. Ninguno de los dos quiso defraudar. Sobre todo el Oviedo, que con un empate y dos derrotas en su casillero, aterrizó en la ciudad de València con la finalidad de despejar dudas en sus objetivos. El Levante, valiente en su inicio de partido, fue apagándose debido a las dificultades que tuvo para percutir en la retaguardia de su rival, ante un conjunto de Cervera que creció con el paso de los minutos. Paulino, mediante un disparo lejano, avisó de las intenciones de su equipo, pero quien más cerca estuvo de superar a Joan Femenías fue Borja Bastón.

Cantero pelea una pelota durante el Levante - Oviedo

Cantero pelea una pelota durante el Levante - Oviedo / Edu Ripoll

Primero, con un remate que se topó en el palo, y batida la media hora del choque, al cazar un centro lateral de Viti Rozada que finalizó en el lateral de las mallas. Al Levante le costó. Incluso, más de lo que llegó a presuponer. Su buena dinámica invitó al optimismo, pero finalizar el primer asalto sin apenas generar peligro, más allá de un remate con la testa de Álex Muñoz que se marchó por encima del larguero, hizo que Javi Calleja moviera su planteamiento.

Sin embargo, la segunda parte empezó torcida. Apenas transcurrió un minuto cuando el Oviedo se puso por delante en el luminoso. Un nuevo contexto apareció en el Levante, que entró en estado de estupefacción cuando Santiago Colombatto, detectando a la defensa granota adelantada, mandó un balón aéreo a Dani Calvo para que el defensor, punteando el envío, habilitase a Borja Bastón para, en boca de gol, anotase la primera diana del partido.

No obstante, la alegría ovetense duró poco. No por un empate, sino por la doble amarilla que vio Colombatto minutos después. Un manotazo y una protesta provocó su expulsión, al igual que dejó en superioridad, y abrió un escenario favorecedor, a un conjunto de Calleja que fue con todo. Apretó tanto en el césped como en la grada. Álex Muñoz, desde lejos y haciendo volar a Leo Román mediante una gran estirada, avisó de las intenciones levantinistas. Y, superado el cuarto de hora de la segunda mitad, encontró su premio.

Andrés García, caracoleando en la esquina del área rival, cosió un centro dirigido a Bouldini, que con la testa, la puso inalcanzable para Leo Román. Así colocó el marroquí la igualdad en el luminoso del templo de Orriols. Lamida al poste y con precisión. Un empate que cayó en las profundidades del Ciutat de València con tintes de euforia y de emoción, pero sobre todo, de que el Levante aumentó sus posibilidades de hacerse con los tres puntos.

Pese a ello, el Oviedo no solo no tiró la toalla, sino que provocó el susto de la tarde. Y eso, que priorizó, debido a su inferioridad numérica, defender el resultado, pero, a balón parado, casi se encuentra con su segundo gol cuando Oier Luengo se topó, a bocarrajo, con el larguero. A su vez, el combinado carballón, después de que Masca fuese empujado dentro del área por Álex Muñoz, le pidió a Milla Alvéndiz que indicase penalti, pero el colegiado consideró que no fue suficiente para indicar la infracción.

Dani Gómez celebra su gol que posteriormente fue anulado

Dani Gómez celebra su gol que posteriormente fue anulado / Edu Ripoll

No obstante, este Levante siempre insiste. Nunca cae en el desánimo. Tal fue su empeño en lograr su segunda victoria en casa, que, por momentos, tocó los tres puntos en el momento en el que Ander Capa, en sus primeros minutos como levantinista, encontró en el área pequeña a Dani Gómez para mandar el cuero a la red. No obstante, Roger Brugué, en el transcurso de la jugada, recibió en posición antirreglamentaria. La unidad, con sus más y sus menos, permite al Levante seguir su camino y mantenerse en la zona noble de la tabla. Sin derrotas a sus espaldas, los de Javi Calleja, aún con margen de mejora, dan motivos en los que confiar pese a que la escalada se haya detenido. Sin embargo, en sus manos está mantener la dinámica positiva y, sobre todo, transmitir buenas sensaciones.