REPORTAJE

Un día de ensueño para Alba Redondo

La ‘10’, tras convertirse en máxima goleadora de la Liga F y ganar el Mundial, ya es reconocida como de las mejores del mundo y una más en la élite futbolística

Un día de ensueño para Alba Redondo

Un día de ensueño para Alba Redondo / SD

Rafa Esteve

Rafa Esteve

La ciudad de París, capital del glamour, de la elegancia y de la moda, tiene el poder de concentrar, una vez al año, toda la atención del planeta futbolístico convocando a las mejores personalidades del universo del balompié a través de la gala del Balón de Oro. El evento, organizado por la revista France Football, posee el derecho de valorar y reconocer el trabajo de futbolistas, tanto de género masculino como femenino, que han marcado diferencias a lo largo de una temporada. Al Théâtre du Châtelet de París solo asisten los y las que se lo han ganado a pulso y han tenido un impacto de elevada trascendencia en sus respectivos clubes. Por ello, Alba Redondo, máxima goleadora de la Liga F 22/23 con 28 tantos, campeona del mundo y delantera del Levante, no podía faltar a un acontecimiento que la bendice, definitivamente, como una de las mejores del planeta.

La ‘10’ levantinista, a base de humildad, trabajo y sacrificio, se codeó con los Messi, Aitana Bonmatí, Jude Bellingham, Salma Paralluelo y compañía en un día que no olvidará jamás y que vivió desde una nube. La delantera de Albacete tomó un avión a la capital francesa a primera hora de la mañana, acompañada de una nutrida representación de la entidad levantinista, y emprendió una aventura inigualable que, hasta que no estuvo inmersa en ella, fue incapaz de asimilar. «Fue complicado conciliar el sueño», dijo Alba en Superdeporte después de aterrizar en València, antes de confesar su felicidad por convertirse en la vigesimo primera mejor futbolista del mundo. «Ya estar nominada es impresionante, así que la posición es lo de menos. No obstante, es algo increíble», comentó. 

Que Alba Redondo estuviese al lado de Halaand en la ceremonia no fue fruto de la casualidad. Si el noruego capitaneó la Premier League a base de goles, la delantera del Levante no se quedó atrás. Su condición de máxima anotadora de la Liga F la llevó al Mundial, y el título de campeona del mundo la catapultó a una nominación al Balón de Oro que la sitúa como una jugadora de talla internacional. De hecho, así fue tratada desde su llegada a París, envuelta de un ambiente en el que, pese a que nunca lo llegó a imaginar, hizo acto de presencia con todo merecimiento. «Es un orgullo estar rodeada de los mejores y las mejores del mundo del fútbol. Nunca hubiera soñado llegar a estar con la élite del fútbol mundial en un mismo lugar. En cuanto al acto, te hacen sentir muy especial. El photocall, la alfombra roja, las butacas nominadas... Todo al detalle para que disfrutes del momento», dijo la levantinista.

Pese a que la gala ocupó gran parte de la jornada, tanto a Alba como a Ruth García, Maider Castillo, Marisa Blay y Maribel Vilaplana, integrantes de la expedición del club, les dio tiempo a tener algo de ocio tanto en las horas previas como en las posteriores. Después de que la delantera atendiese a los medios de comunicación desde la capital de Francia, pasearon por las calles de París, degustaron un buen croissant, comieron en el hotel donde se hospedaron, tuvieron sus respectivas sesiones para asistir a la gala luciendo sus mejores vestimentas y, después, disfrutaron del cóctel y aprovecharon para inmortalizar distintas instantáneas y recuerdos. 

No obstante, lo más especial para Alba Redondo fue vivirlo junto a su hermano. Un Iván Redondo que siente un orgullo incalculable por su consanguínea. «Tanto mis padres como yo estamos alucinando con todo lo que está consiguiendo y las barreras que está superando. En Albacete me dicen que ya no soy Iván, que ahora soy el hermano de Alba. Seguramente haya gente que no lo lleve bien, pero me siento orgulloso de que me reconozcan así. Mi hermana tiene el techo que ella se ponga. Supongo que su siguiente reto será lograr algún título con el Levante», dijo Iván en SUPER.

Nadie sabe si el futuro deparará a una Alba Redondo levantando un título con el Levante, pero todo lo que ha conseguido la atacante siendo granota, más allá de lo mucho que transmite fuera del terreno de juego, ya merece muchísimo la pena. Ruth García, leyenda del fútbol femenino español, es consciente no solo del crecimiento del mismo a nivel nacional, donde Bonmatí se coronó con el prestigioso premio, sino también de lo gratificante que es para el Levante estar presente en un evento de tanta repercusión al tratarse de un club pionero en el fútbol femenino español. «El Balón de Oro de Aitana Bonmatí es un premio muy importante para el crecimiento del fútbol femenino español. Tenemos jugadoras referentes a nivel mundial y es todo un orgullo. Lo de Alba Redondo, por otra parte, significa muchísimo. Es un reconocimiento a todo el trabajo que ha hecho el Levante por el fútbol femenino y a las personas que han apostado con hechos y no con palabras. He tenido la suerte de estar presente allí, pero hay muchísima gente que merecía estar. Fue un día muy emotivo y vivirlo fue algo único e irrepetible», comentó.