Este equipo es una piña

La plantilla levantinista unió fuerzas y estrechó sus vínculos de cara al tramo final de competición con una comida en la playa de la Patacona. No fue la única vez que se ha juntado esta temporada, pero sí la primera desde que Miñambres asumió el banquillo de Orriols. El grupo es una auténtica familia

El Levante tiene el sueño de ascender a Primera División en su mano y pondrá toda la carne en el asador para conseguirlo.

El Levante tiene el sueño de ascender a Primera División en su mano y pondrá toda la carne en el asador para conseguirlo. / F. CALABUIG

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El Levante se sumerge en el tramo decisivo de la competición convencido de sus posibilidades de ascender a Primera División. Sus triunfos ante Sporting de Gijón y Elche, y sus actuaciones contra Burgos y Valladolid a domicilio, le otorgan el derecho de afrontar los últimos partidos ligueros con el convencimiento de que, más allá de la distancia que existe entre las posiciones de privilegio, es posible dar el salto de categoría tan soñado y ansiado en el Ciutat. Felipe Miñambres nunca ha dudado del potencial de su plantilla, plenamente capacitada de, tal y como ha asegurado en más de una rueda de prensa, vencer a cualquier adversario. Por ello, Orriols respira ilusión con vistas a los dos partidos que tienen de manera consecutiva en su estadio, claves para regresar a una de las seis primeras plazas de la clasificación.

En medio de una semana en la que el deseo de volver a codearse con los mejores del panorama nacional está en aumento, la plantilla cierra filas y fortalece sus vínculos con vistas a lo que viene. Los integrantes del equipo comandado por Felipe Miñambres, tal y como compartieron algunos futbolistas en sus perfiles sociales, fueron a comer al restaurante Mimar, situado frente al mar en la playa de la Patacona. Sin embargo, tal y como pudo saber Superdeporte, el encuentro, motivado por distintos factores, sirvió para hacer más piña si cabe. La plantilla va a muerte a por el ascenso y no quiere desaprovechar la oportunidad de conseguirlo.

La razón de la comida se debió a la celebración de varios cumpleaños pendientes de festejar y fue pagada, entre risas y el buen ambiente que reina en el equipo, mediante multas impuestas por normas y códigos en el vestuario. No fue la primera vez que los granotas se juntaron a la hora de comer durante esta la temporada, pero sí la primera vez desde que Felipe Miñambres cogió las riendas del banquillo de Orriols. Durante la comida reinó una gran atmósfera y un clima amigable entre todos los presentes, donde estuvieron también los jugadores del filial con dinámica de primer equipo y que son habituales en las listas de Felipe Miñambres. 

Con el Ciutat de València activando la cuenta atrás para ganar al Zaragoza y seguir dando pasos hacia adelante en la clasificación, el vestuario cree más que nunca en el ascenso y confía no solo en su potencial, sino también en sus posibilidades de lograrlo. Las estadísticas, después de un tropiezo en Oviedo que agudizó la preocupación por la mala dinámica de los granotas, es de carácter positivo pese a que el empate contra el Andorra fuese un frenazo en toda regla. Las victorias contra dos rivales directos como Sporting de Gijón y Elche, y cómo el Levante dio la cara en dos campos díficiles como El Plantío y el José Zorrilla, dan pie a creer en la vuelta a Primera.