Frenazo en seco y de los que duelen (1-2)

El equipo de Felipe Miñambres vuelve a dejar pasar otro tren hacia la promoción de ascenso y detiene su escalada hacia la parte alta tras un imperdonable tropiezo contra el Amorebieta

Los granotas se lamentan de una ocasión en el duelo contra el Amorebieta en el Ciutat

Los granotas se lamentan de una ocasión en el duelo contra el Amorebieta en el Ciutat / Edu Ripoll

Rafa Esteve

Rafa Esteve

Los estados de euforia son muy difíciles de controlar. A veces, incluso, son capaces de traicionar cuando las expectativas no casan con la realidad. Las emociones siempre necesitan que la cabeza juegue su papel, aunque, en un deporte tan pasional como el fútbol, en ocasiones sea imposible de conseguir. El Levante, gracias a sus últimos partidos, se ganó el derecho de creer en escenarios de gran envergadura. En lograr sueños de difícil alcance, pero que no son imposibles de alcanzar. Sin embargo, la vida, a veces, también da reveses que dejan aturdido a cualquiera. Y más, cuando son impredecibles.

El combinado de Felipe Miñambres, en su mejor momento de la temporada, perdió en un partido de los que duelen, de los que marcan el destino de los equipos y de los que te terminas acordando cuando asimilas que desaprovechaste una oportunidad de oro. El Amorebieta, después de igualar la contienda instantes después del tanto inicial de Pablo Martínez, bofeteó la moral de los levantinistas a pocos minutos del final debido a un gol de Unzueta. Aún queda mucho camino por recorrer pese a que el tiempo se acabe. Es una evidencia. Pero oportunidades como las de hoy no se deben tirar por la borda si existe la ilusión de ascender a Primera División

Una imagen del duelo entre el Levante y el Amorebieta

Una imagen del duelo entre el Levante y el Amorebieta / Edu Ripoll

Orriols vivió el encuentro emocionado. Ilusionado. Sabiendo de la oportunidad, pero, sobre todo, sin renunciar a su sueño de sentir la adrenalida de estar en la pomada del ascenso a la élite. Entre los presentes en el coliseo de Orriols aún retumbaba el apoteósico gol de Dela contra el Zaragoza. No solo por la estética del tanto, sino también por su trascendencia. Al ‘4’, uno de los principales abanderados de la escalada hacia arriba, tampoco se le olvidó como provocó que los cimientos del estadio temblasen por completo. Por ello, tres minutos después del inicio, probó fortuna con otro lanzamiento desde media distancia para activar a todo el mundo. El larguero, acompañado por un ligero desvío con la yema de los dedos de Magunagoitia, impidió otra obra de arte, mientras que ni Dani Gómez ni Fabrício, en los rechaces posteriores, fueron capaces de superar al ‘13’ del cuadro vasco.

El Ciutat de València, luciendo sus mejores galas, se convirtió en una caldera. En un ambiente digno de las grandes noches que se viven en Orriols. No obstante, el Amorebieta, en un notable estado de forma, y con la flecha hacia arriba, buscó aguar la fiesta y seguir dando pasos hacia la salvación. Incluso, metió tensión en el cuerpo de los asistentes al estadio, cuando, instantes más tarde de la triple intervención de su portero, a Edwards, tras un centro de Ñúñez, le faltaron muy pocos milímetros para cabecear el envío en boca de gol. Muy cerca estuvo también Jauregui, ex canterano granota, cuando un defectuoso golpeo de Dorrio cayó a su bota derecha en una posición ventajosa para definir, pero Andrés Fernández, gigante en su intervención, le negó la diana.

Los primeros minutos fueron tan intensos como frenéticos. Llegaron a ser incontrolables, aunque no es para menos. La Segunda División no espera a nadie. Ni por arriba, ni por abajo. Sin embargo, un cabezazo de Álex Muñoz, después de un centro desde la esquina de Pablo Martínez, y un lanzamiento muy peligroso de Brugué desde la frontal, detenido por el guardameta visitante, fueron las últimas ocasiones del Levante al final de la primera mitad. La entereza defensiva del Amorebieta, y las pérdidas de tiempo de Magunagoitia con el balón en su posesión, mermaron el ímpetu de un conjunto de Felipe Miñambres que no negocia esfuerzos y que, sin duda, va a por todas más allá del que esté enfrente. 

Pablo Martínez celebra su gol contra el Amorebieta

Pablo Martínez celebra su gol contra el Amorebieta / Edu Ripoll

Pese a ello, el partido exigió frescura y gente capacitada para provocar chispazos sobre el verde, tal y como sucedió contra el Elche y frente al Zaragoza. Al Amorebieta, aunque no le valiese para salir del descenso, le servía un punto para coger fuerzas en la zona baja de la tabla, pero al Levante no la solucionaba la vida. Más bien, se la complicaba. De ahí la necesidad de encontrar gente inspirada como Andrés García, quien acomodándosela en la izquierda, mandó un misil que se fue desviado, o como Carlos Álvarez, que saliendo desde el banquillo, despertó furor en la grada. No obstante, fue Pablo Martínez, recogiendo un balón en la frontal procedente de Brugué, el que encendió la llama de la ilusión con un zurdazo, raso, colocado e imparable para Magunagoitia, que se coló en el fondo de las mallas.

Dani Gómez pelea por un balón frente al Amorebieta

Dani Gómez pelea por un balón frente al Amorebieta / Edu Ripoll

El Ciutat de València estalló de felicidad, al igual que un equipo que encontró su premio después de buscarlo con ahínco. La alegría se respiró en el ambiente y argumentos no faltaron. Todos sacaron el móvil para ver en qué posición quedaba en la clasificación un Levante que, más que nunca, creyó en sus posibilidades de militar la próxima temporada en Primera División, pero el Amorebieta echó un jarro de agua fría en la euforia levantinista. Jauregi, mientras su asistente, Erik Morán, aprovechó un inoportuno resbalón de Álex Muñoz, empató la contienda en el 68’, tres minutos después de que el ‘10’ granota abriese el marcador. Desde entonces, el nerviosismo, habitual en Orriols a lo largo de la temporada, apareció en un equipo que se topó constantemente con la muralla vizcaína, pero nunca estuvo preparado para recibir un mazazo de grandes dimensiones en los minutos finales. Unzueta, galopando desde su campo, superó a Andrés Fernández, y devolvió el pesimismo a una grada que está cansada de ver cómo los trenes para engancharse al ascenso pasan y se desaprovechan. 

Ficha técnica

1 - Levante UD: Andrés, Andrés García, Dela, Maras, Álex Muñoz, Brugué, Algobia (Lozano, m.79), Pablo Martínez, Rober (Carlos Álvarez, m.60), Fabrício (Valle, m.79) y Dani Gómez (Bouldini, m.79).

2 - SD Amorebieta: Magunagoitia, Bustinza, Etxeita, Félix, Lasure, Álvaro Núñez, Siro, Erik Morán (Carbonell, m.80), Edwards (Mier, m.70), Dorrio (Rayco, m.87) y Jauregi (Unzueta, m.87).

Goles: 1-0, m.65: Pablo Martínez. 1-1, m.68: Jauregi. 1-2, m.89: Unzueta.

Árbitro: Cid Camacho (Colegio castellano-leonés). Amonestó al visitante Félix.

Incidencias: partido correspondiente a la trigésimo quinta jornada de LaLiga Hypermotion celebrado en el Ciutat de València, ante 17.240 espectadores, que supone la mejor entrada del curso.