Miñambres pierde recursos

El técnico, en sus dos últimos partidos, hizo tres cambios idénticos: Lozano, Dani Gómez y Kochorashvili por Fabrício, Bouldini y Pablo. El banquillo apenas le aporta soluciones 

Kocho disputa un balón con Mario Soberón

Kocho disputa un balón con Mario Soberón / LALIGA

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El Levante, virtualmente y después de empatar contra el Eldense, permanecerá una temporada más en Segunda División. Situado en décima posición, y a falta de dos jornadas para la finalización del curso, la distancia de cuatro puntos con la promoción de ascenso a Primera División provoca que la ilusión en el Ciutat de València se haya desvanecido por completo. Los encuentros ante Alcorcón y Huesca se llevarán a cabo desde el compromiso de acabar lo más arriba posible en la clasificación, conscientes de que el porcentaje de probabilidad para alcanzar la sexta plaza está bajo mínimos y de que un auténtico milagro le otorgaría al Levante el derecho de pelear por conseguir el último billete hacia la élite. Sin embargo, Felipe Miñambres, en el momento de la verdad, se ha quedado corto de utensilios para lograr triunfos sobre los que creer en el ascenso. Síntoma de que el Levante, de cara al próximo mercado de verano, deberá hacer una considerable reestructuración en su plantilla para ser un candidato a subir a la élite en la campaña 24/25. 

El director deportivo, reconvertido a entrenador tras el cese de Javi Calleja, afrontó las finales ante Eibar y Eldense con los mismos futbolistas de inicio y, curiosamente, con los mismos jugadores de refresco: Fabrício, Pablo Martínez y Bouldini. En una lista de 23, con tres canteranos en sus filas, el astorgano intentó revolucionar el enfrentamiento en el Nuevo Pepico Amat. Y a pesar de que el ‘22’ perforó la portería de Mackay, Quintero González anuló su diana, por una supuesta falta en ataque que provocó el malestar del técnico, y dejó a medio camino tres puntos que hubieran mantenido al Levante en la pelea por un playoff que se hubiera puesto a dos. «El gol es legal, nos lo anula porque nos lo quiere anular, pero remata y Marc Mateu es listo, veterano, se mete debajo de él y al final…», dijo en rueda de prensa. 

Las modificaciones de Miñambres en sus últimos dos partidos han sido idénticos. Sus ‘sacrificados’ en Eibar fueron Dani Gómez, Sergio Lozano y Kochorashvili y, frente a los procedentes de Elda, los cambios fueron los mismos. No obstante, no fue la primera vez que el Felipe ejecutó menos de cinco cambios. La última vez que empleó todos fue en La Cerámica, y antes, en el José Zorrilla. Antes de su partido en Valladolid tiró de las ventanas que disponía, y desde entonces, sus duelos contemplaron cuatro modificaciones con la sorpresa de la visita a Santander, donde solo hubieron dos (Bouldini y Fabrício). Cuestionado por ello, Miñambres argumentó que «los cinco cambios tienen cosas buenas y cosas malas. Hay gente que igual está más cansada, pero tienen cogido el ritmo del partido. A veces haces muchos cambios y se desordena. Quizá hago cambios por energía, pero no me gusta moverlos mucho». No obstante, en un tramo competitivo a vida o muerte, Felipe solo se ha quedado con tres futbolistas, mientras que el efecto en ambas ocasiones no dio resultado. La primera tarea del director deportivo de cara al próximo curso será aumentar la competitividad en la plantilla y disponer de mayores alternativas. 

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