Alcaraz quiso juntar por primera vez a los tres capitanes de inicio. Juanfran cedió el brazalete a Pedro López y Navarro reapareció más de dos meses después en un partido sin historia clasificatoria, pero con detalles para el futuro. El Ciutat se puso en pie en el cambio de ‘Pedrolo’. Fue la ovación más sonada de la temporada. Y quizás de despedida para agradecerle un compromiso sin rasguños en sus casi 100 partidos oficiales con la camiseta del Levante. Tiene contrato en vigor, pero hasta el 0-0 contra el Elche solamente había jugado con el granadino los 90 minutos de su estreno en Balaídos. Juanfran se siente con fuerza de continuar un añito más y es evidente que su figura va más allá del terreno de juego. La última muestra de capitanía fue el llamamiento a los familiares de sus compañeros, que les dieron el último abrazo antes de saltar al césped y luego muchos compartieron la alegría de la permanencia en el césped, sobre todo lo más pequeños.

De los tres capitanes, el que se siente más seguro es David Navarro, pese a que desapareciera del ‘evangelio de Lucas’ en los dos últimos meses de la competición. «Ni mucho menos me replanteo mi futuro, estoy contento en el Levante, me valoran mucho, día tras día me demuestran su confianza, y por supuesto que voy a cumplir mi contrato. Los jugadores pasamos por momentos mejores y peores, porque la Liga es muy larga. No tengo que decir nada en contra de Lucas. Tiene 25 jugadores y él decide a los mejores en cada momento. Uno tiene que trabajar para convencer al míster. Sé que sigue Lucas, yo tengo un año más de contrato y voy a luchar para demostrarle que puedo ser importante en el equipo», afirma el de Port de Sagunt, que este lunes 25 de mayo cumple 35 años. Desde el 0-1 ante el Celta, su participación ha menguado considerablemente, hasta la mínima expresión: siete suplencias ante Almería, Valencia, Espanyol, Getafe, Córdoba, Atlético y Deportivo, y el partido íntegro de la despedida del curso. «Cualquier jugador ambicioso que no actúa en los partidos más importantes no puede estar contento. Es lo que me pasa a mí. Claro que me hubiera gustado haber jugado en los encuentros en los que se decide todo», añade.

Ha sido uno de los derrotados del cambio de sistema. Ha tenido que vivir esta recta final de la temporada desde la barrera, Alcaraz ha ensalzado públicamente su importancia en el vestuario, pero no ha sido suficiente para Navarro: «El futbolista que se conforma simplemente con hacer grupo y no jugar no sirve para esto. Somos capitanes, tenemos que hacer grupo, pero primero está el objetivo del equipo antes que el individual. Es lógico que un jugador, ya sea capitán o no, no esté contento si no juega». Este tramo ha sido clave para la permanencia, con él en el ‘plan B’. Para el central granota, el objetivo se amarró en la última trilogía de la salvación, con un sistema «en el que quizás perdimos valor ofensivo, pero encajamos menos goles, que era lo importante». «En los partidos ante Getafe y Córdoba dimos un paso de gigante. Fueron seis puntos que nos sacaron de la zona de descenso, nos dieron tranquilidad y a raíz de eso mantuvimos la distancia. A pesar de los problemas que tuvimos en el inicio de la Liga, hemos podido remontar el vuelo hasta conseguir una permanencia muy difícil, costosa y para nada barata. La gente tiene que valorar que un club humilde como el Levante, pequeño, pero muy trabajador, esté en Primera. Tiene mucho mérito estar entre los 20 mejores equipos de España», resume uno de los ‘capis’.