De las cenizas del descenso recién consumado, aún en Málaga, emergieron las figuras de Javier Sánchez y su hijo Diego para darle un aire amable a la tragedia. Ellos eran quienes aparecían en la foto que publicaba SUPER, tanto al día siguiente como ayer, como portadores de una pancarta en la que se podía leer "Volveremos. Orgull Granota" y, sobre todo, de una historia única y muy recomendable en estos momentos para el levantinismo. Un canto al optimismo, con el pequeño de cinco años como protagonista: ´El niño del ascenso´ de la temporada 2009/10.

Habitual ubicación de los Sánchez, una familia forjada físicamente en Orriols y emocionalmente en el yunque de la adversidad, ese apelativo se lo pusieron bien pronto sus familiares y demás granotas situados en Grada Central del Ciutat. Pero también los componentes de la plantilla que logró aquella proeza, con el triunfo ante el Castellón como rúbrica. Diego, nacido el 12 de marzo de 2010, se lo había ganado. Había llegado con muchas victorias de ´su´ Levante debajo del brazo. La primera, la contundente goleada al Nàstic (6-1) solo un día más tarde de que hubiera visto la luz.

Este jovencísimo granota ha ido creciendo alimentado por las seis temporadas consecutivas en Primera y la histórica presencia en Europa. Presumía ya de colores de recién nacido, todavía en el hospital. Tampoco le faltó la camiseta y la bufanda en Málaga, por muy consciente que eran tanto él como su padre que la permanencia era prácticamente imposible. Aún así, disfrutó cada detalle de la experiencia. Apasionado del fútbol, del Levante y de los cromos, no quitó ojo a sus botas y mucho menos a los jugadores y técnicos, de quienes quiso una fotografía y hasta un simple autógrafo. "Papá, me faltan todavía algunos", recordaría, ya repuesto del golpe que había supuesto el gol anulado, la derrota y el descenso, de camino al aeropuerto para emprender el viaje de vuelta a casa.

Diego es solo uno más de los miles de granotas a los que les tocará sufrir con su equipo en Segunda. Y, al tiempo, una especie de espejo en el que mirarse para afrontar la necesaria regeneración que se avecina con positivismo. El año que viene posiblemente sea otro el ´niño del ascenso´, pero él lo celebrará, seguro, de igual forma; en esa siesta de la que disfrutó a media tarde en un sofá del hotel de concentración de Málaga, a la espera del comienzo del partido, posiblemente ya soñará con el camino de vuelta a Primera División.