El 2-0 al Nàstic fue una inyección revitalizadora para Morales, para el equipo que esperaba este momento como agua de mayo y para un Ciutat agradecido desde el primer instante al ‘Comandante’ por continuar al frente de la nave pese al descenso de categoría y las ‘novias’ que llamaron a su puerta. Entre los 11.000 y pico aficionados que desafiaron al frío en el Ciutat, su mujer Elena y sus padres Justa y Pepe, que también se quitaron la losa de más de nueve meses que arrastraba el ‘Moro’: «Ellos han sufrido igual o más que yo porque no hacía ese gol. Estoy en un nube, se me había olvidado cómo se sentía uno al celebrar un gol, lo vuelvo a recordar y es una sensación increíble».

«Tú tranquilo, que no se te ha olvidado jugar al fútbol, si hay ocasiones, el gol llegará, no te pongas nervioso», le insistía una y otra vez Pepe Morales, el padre de criatura, que igualmente no esconde que su hijo «lo ha pasado mal» por esta sequía que se eternizaba. Hubo celebración en el Ciutat, luego cayó una cervecita, y el deseo de que una vez ha entrado el primero lleguen muchos más por el objetivo del ascenso. Para Pepe, Justa y Elena fue un alivio verle enloquecer de alegría en el campo con su primer tanto. También para sus hermanos Iván, Patri y Roberto desde la distancia. Y seguro que a su tío Ángel, a quien le dedicó también el momentazo, le dará fuerza para ganar su partido. Pese al mal sabor de boca que supuso presenciar la derrota ante el Alcorcón desde Santo Domingo, Pepe ve la Primera División «más cerca» tras la alegría completa contra el Nàstic. «Le repito a Morales que el ascenso está en las manos del equipo, pero que para que no se escape hay que mantener el discurso de humildad, seguir paso a paso, poco a poco, porque es una categoría larga y complicada», afirma.

A Morales se le había olvidado lo que era celebrar un gol, pero tenía grabado a fuego el último por lo que supuso. Fue el 2 de mayo del año pasado, en La Rosaleda de Málaga, el día que el Levante certificó el descenso matemático a LaLiga 1|2|3. Un encuentro condicionado también por las tropelías de Vicandi Garrido, que le anuló un segundo gol al madrileño, que a la postre desencadenaría en el triunfo blanquiazul y el adiós definitivo a la élite. 279 días después, la herida del maleficio ha cicatrizado. «Si a él le sirve como respaldo, perfecto, pero para nosotros el trabajo de Morales es el de siempre, porque es importante haga el gol o no», manifestaba Muñiz tras otro golpe de autoridad en la fortaleza.

En la segunda vez que no era titular (en Huesca fue la primera y no tuvo minutos), Orriols vibró con el saludo del ‘Comandante’. Todo el estadio remató con él. En doce días hará un año de la anterior vez que el ‘11’ marcaba en el Ciutat; en el 3-0 al Getafe, asistiendo a Rossi y Verdú en las otras dos dianas. «Estábamos tranquilos y sabíamos que iba a llegar tarde o temprano. Lo que se le pide a Morales no es hacer goles sino trabajar como lo hace y si encima los aporta goles, pues mucho mejor. Fuimos los dos a por el balón, pude chocar con el defensa y gracias a eso se quedó solo y definió muy bien», destacó Roger, el autor del primer tanto, y uno de los que se abalanzó al madrileño en su esperada celebración.

«Pareces un pollo»

Morales hablaba tras el encuentro que le pidió consejo a su padre con su ‘cambio de look’. «Pareces un pollo con el pelo así», le contestó Pepe al giro al infortunio que pretendía su hijo con el nuevo peinado. «Son locuras que nos dan los futbolistas. Ya lo tenía en mente, incluso le pedí opinión a mi padre y me mandó a ya sabéis dónde. Cambiar un poquito la imagen también viene bien de vez en cuando», explicaba el protagonista.

Morales acató con profesionalidad su primera suplencia en el Ciutat consciente de que en el líder de LaLiga 1|2|3 la competitividad es tremenda. «Cada partido es una historia, todos somos igual de importantes. El que juega lo hace bien y el que no deja el paso a otro compañero. Esta vez me tocó a mí, salí en la segunda parte y por suerte tuve la ocasión del gol y pude acabarla. Tenemos que seguir sumando todos y seguir trabajando porque el beneficio es para todos», destacó el ‘11’ tras otra sufrida victoria, ya con la mente en el Zaragoza. «Parece hasta fácil lo que estamos haciendo, pero es muy complicado. Todavía queda mucho», añadió.