Mala señal que Raúl tuviera que intervenir a los dos minutos de la ´batalla del Coliseum´. En 120 segundos, la película empezó a torcerse sin remedio y, con ello, el fin a una racha de nueve jornadas sin perder, desde el 2-0 ante el Alcorcón, y un frenazo en la cuenta atrás hacia el ascenso. Jorge Molina desmanteló a la peor versión del Levante. Hizo sangre cómo y cuándo quiso, se topó ante el cerrojo de LaLiga 1|2|3 en su primer latigazo, pero en el segundo no tuvo piedad. Sensacional mano inicial, pero vuelo infructuoso al zapatazo con un efecto diabólico y afortunado tras rozar en la bota de Verza, novedad en la medular, del que fuera pretendido por Tito y Carmelo en los primeros pasos del mercado estival.

Al Levante le descosieron en un abrir y cerrar de ojos. Entre Portillo, Pacheco, Álvaro Jiménez y, sobre todo, el propio Molina, como así había avisado Muñiz, el Getafe se sintió líder a pasos agigantados o simplemente al son que marcaba el delantero de Alcoi. Con una suficiencia fuera de lo normal, los azulones metieron una marcha más que les sirvió para ganar todos los balones divididos y abalanzarse ante el desconcierto colectivo, sobre todo en la medular, generando un agujero terrible y las dudas de la retaguardia, principalmente en el costado derecho. La zaga era un flan. Chirriaba que Chema y Postigo se mostraran tan vulnerables. Era evidente que el Levante estaba partido en dos. La sangría no era solamente por los cuatro defensas, que se sentían retratados por Jorge Molina.

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De fogonazos vivía el líder. Primero con un remate de Jason, constantemente incordiado por Damián Suárez, luego en un gol anulado a Roger por fuera de juego, mientras que Morales, por milímetros, no pudo aprovechar un balón por dentro del gallego Remeseiro porque Alberto García fue más rápido. El Levante fue desquitándose de la prematura bofetada del ´Geta´, pero de la medular hacia el ataque, porque la hemorragía atrás no se había curado. Con la misma facilidad que tuvo para abrir el marcador, Jorge Molina combinó con Portillo, que tranquilamente controló en el centro del área y definió sin oposición. Cinco minutos antes, Campaña, antes de ser relevado al descanso por Casadesús, engatilló de primeras, lamiendo la madera, en una acción combinativa con participación de Iván López, Morales y Roger. Con el 2-0, Muñiz ya empezaba a barruntar el giro por necesidad. Antes, la aparición del ´Cata´ Díaz fue crucial para desviar a córner un remate del ´Pistolero´.

La reanudación ya fue con el ´efecto revulsivo´ del balear en el terreno de juego y un cambio de dibujo: del 4-1-4-1 inicial a un 4-4-2. El primer aviso fue de Verza, con una falta directa despejada por Alberto García. Pero ni sintió cosquillas el Getafe, que siguió a lo suyo, combinando con más intención, aunque la posesión, numéricamente hablando, era del Levante. Ahora el ataque local cayó hacia el flanco izquierdo. En otro desajuste, Juan Cala se plantó delante de Raúl Fernández y el meta mostró su repertorio de reflejos para que el encuentro no quedara visto para sentencia, si es que aún no lo estaba. El Levante enterró sus opciones de remontada antes de la hora y en botas de Roger, en una acción en carrera. Lástima el control, que le descolocó, y su posterior definición defectuosa. Pese a los lamentos, el ´9´ no bajó los brazos y siguió insistiendo, ahora con un cabezazo tras un servicio desde el costado derecho de Jason.

Muñiz echó toda la carne en el asador con Espinosa y Paco Montañés, cerrando con Morales como ´2´ y fue el ´Comandante´ el que tuvo las dos últimas: una falta directa por encima del larguero y una llegada cuyo remate (o centro) se marchó irremediablemente desviado, sin poner en aprietos al meta local. El Levante, al remolque desde el inicio, encajó de pie un revés amargo que se resistía desde el 28 de enero, también en tierras madrileñas, y esta vez ante el mismo rival que le rascó un punto en el Ciutat.

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