La imagen se repite casi a diario en las últimas semanas. Acaba el entrenamiento con el grupo y Raphael Dwamena, en compañía de alguno de los ayudantes de Paco López, se recorre de punta a punta la Ciudad Deportiva para encerrarse en una sala y ver en vídeo qué sí y qué no debe hacer sobre el césped.

No es un castigo sino un refuerzo. El ghanés hace horas extra para perfeccionar su conocimiento táctico y adecuarse a las exigencias del Levante, muy por encima de las que hasta su llegada a LaLiga había tenido en su carrera. El técnico de Silla, positivo por naturaleza, no renuncia a extraer jugo del delantero. Aunque conlleve trabajo adicional para él y los miembros de su equipo, principalmente Sergio Navarro.

Refuerzo en ataque y en defensa

Al '21' azulgrana le está pesando, tanto o más que los 6'5 millones que los granotas pagaron por él, su escaso rigor táctico. Al igual que sucediera hace un año con su paisano Boateng, su poca formación de base y sus experiencias previas en ligas de menor exigencia (austriaca y suiza, en su caso) obligan a pulir sus movimientos antes de sacarle el máximo partido. Posicionamiento y desmarque en ataque, y defensa con y sin balón, forman parte de estas particulares clases de repaso. El futbolista atiende a las explicaciones y también aporta su opinión.

Más cómodo por la izquierda

Paco López, quien igualmente está poniendo especial atención en la aclimatación de Vukcevic y Simon, complementa esas tareas durante las sesiones con el grupo. Es consciente de que el '21' estaría más cómodo con un ataque de tres, partiendo desde la izquierda, pero le considera provechoso igualmente con el 3-5-2 actual o el 4-4-2. Este último, de hecho, es el sistema con el que siempre ha aparecido sobre el césped Raphael. Tanto en las tres primeras jornadas de LaLiga Santander, en las que gozase de minutos, como en su titularidad en el Anxo Carro, en Copa del Rey.

En Lugo, ya con parte de ese recorrido táctico adquirido, el internacional ghanés recibió buenas palabras en público por parte del técnico. El de Silla lo que hizo fue quejarse del «linchamiento» sufrido por su jugador. «Me he quedado helado porque eran faltas clarísimas. Ha sido increíble. El único que no lo ha visto ha sido el árbitro. En el banquillo nos volvíamos locos. No había visto tantas faltas a un jugador en mucho tiempo. A Raphael, un futbolista bueno en el cuerpo a cuerpo, le ha restado rendimiento», defendió Paco, consciente de que poderío físico, altura y velocidad en carrera (por su zancada) le sobran al delantero más caro y segundo fichaje más costoso de la historia de la entidad de Orriols. Del problema coronario que abortase su traspaso al Brighton en 2017 no hay rastro desde su llegada.

Quinto delantero con dos asistencias

El entrenador intenta compatibilizar la necesidad de resultados a corto plazo con la gestión de los recursos en plantilla. Aboga por mantener enchufados a todos los jugadores por el bien de la convivencia grupal y con vistas a necesidades futuras. En esa línea, el de Silla espera que Dwamena, convertido en el quinto delantero y descartado en siete de los últimos nueve duelos ligueros, acabe aportando en pro del objetivo. Apenas lo ha hecho hasta ahora, aunque sí que fue protagonista secundario de dos goles en las jornadas inaugurales. Asistió a Morales en el 0-3 del Villamarín y forzó el penalti que marcaría el Comandante en el Ciutat frente al Celta.

El ghanés aterrizó en Orriols en el marco del traspaso de Jefferson Lerma al Bournemouth, club vinculado al Zurich. Con este último, Raphael había anotado 13 tantos y dado 12 pases de gol la pasada temporada, lo que refrenda su condición de segundo punta o extremo más que delantero centro. Se puede complementar, por tanto, con Roger, Mayoral y el propio Boateng.

La adaptación, a expensas del idioma

Raphael se va integrando en el vestuario pero con el escollo que supone su desconocimiento del castellano. Interactúa en inglés con sus compañeros, ya que sea con los demás extranjeros o aquellos españoles, como Coke y Campaña, que lo dominan.