Aunque el partido contra el Betis es este miércoles por la noche, el Levante UD empezó a jugar ya el martes en Pucela, donde el triunfo del Valladolid lo ha dejado momentáneamente en puestos de descenso tras la friolera de 33 jornadas disputadas, de ellas las últimas nueve sin ganar. Se da la circunstancia de que los de Paco López ya durmieron en puestos de descenso dos noches en la séptima jornada antes de vencer al Alavés y salir del pozo.

Después de dos meses viéndole la orejas, especialmente desde la dolorosa derrota en Bilbao, lo que parecía imposible es una realidad: el lobo está aquí. Con el miedo en el cuerpo y sin margen de error, el equipo regresa al Ciutat obligado a hacer bueno el empate de hace tres días contra el Espanyol y con el levantinismo llamado una vez más filas.

Al margen del recibimiento de rigor, con tal de asegurarse una buena entrada por la hora del partido, los pases infantiles valen también para adultos. La cuestión es cambiar el «runrún» por un apoyo incondicional desde la grada hacia un equipo que más que pasar un mal trago lo que está es sufriendo un auténtico corte de digestión.

Pese a haber desaprovechado los cartuchos que se le han ido presentando, no se trata de la primera 'final' de la temporada ni tiene pinta de que con el Rayo Vallecano y el Girona a la vuelta de la esquina vaya a ser la última. Sin embargo, con el Barcelona como próximo rival este sábado en el Camp Nou, lo que sí parece es una convocatoria de gracia para no encarar las últimas cuatro jornadas con el agua al cuello. Encima obligado a remontar desde atrás cuando no era un equipo hecho ni preparado para sufrir tanto.

La realidad es que el Levante no ha pasado del empate en sus últimas comparecencias en casa y eso, unido a las continuas polémicas del VAR, lo ha acabado condenando a una guerra que no era la suya. Paco López, que viene de escuchar los primeros pitos del Ciutat, no ha encontrado la tecla con la que equilibrar la sangría defensiva, aunque ha dejado claro que no va a renunciar a su filosofía. El equipo, pese a que debería haberle dado para estar a estas alturas salvado con los puntos del Athletic, Leganés, Getafe o Real Madrid, entre otros, ha perdido fuelle en el cuerpo a cuerpo, le hacen oportunidades con suma facilidad y cada vez necesita hacer más cosas bien para igualar a sus rivales.Ausencias importantes

En ese contexto, el desequilibrio en la plantilla es demoledor. Todavía más si se le añaden ausencias como la de Rochina, expulsado por doble tarjeta por una entrada a destiempo. El centro del campo, sin relevos naturales, es la zona cero del desastre. Hoy toca volver a rehacerlo, bien incrustando nuevas piezas en el 3-5-2 o directamente cambiando de dibujo, una variante a la que últimamente se viene recurriendo con los partidos en marcha.

Para acabar de rematar la jugada, Cabaco se ha quedado fuera por sus molestias y en la defensa habrá que recurrir al recién recuperado Postigo o a un Chema que el domingo pidió el cambio. En la convocatoria vuelven a estar todos los disponibles para hacer piña a expensas de dos descartes de rigor. Pese a la división de opiniones, que Jason repita de titular o que pueda hacerlo de nuevo Toño ya no es noticiable.

Con sus opciones europeas en arameo y Quique Setién en el ojo del huracán, el Betis pero también después de haber sido la primera víctima granota de la temporada. Con Canales recuperado y de posible regreso al once, Paco ha trabajado durante la semana la manera de neutralizar la posesión verdiblanca ajustando la línea de presión. Si lo consigue y suma los puntos, el lobo dará un poco menos de miedo.