Pese a la promesa de que al menos la primera fase de la remodelación, consistente en la instalación de una cubierta con luces integradas, se ejecutaría con independencia de la categoría en la que militase el equipo, la realidad es que al Levante lo han atropellado los plazos. Los trabajos van a empezar en cuestión de unas semanas y se alargarán todo el año, aunque tal y como quedó definitivamente claro en la última reunión del Consejo, es imposible cumplir el plazo original, establecido para el arranque de la temporada 19/20 coincidiendo con el 110 aniversario del club el próximo 9 de septiembre. El proyecto no cambia, pero sí los tiempos, lo que dota al club de mayor margen para esta gran obra.

En Orriols están a expensas del concurso para adjudicar el trabajo, un proyecto al que optan media docena de empresas o UTES que tendrán que coordinarse con el despacho de arquitectura Idom, el cual garantizaba que las obras se podían llevar a cabo en verano aunque aun así yendo muy pillados de tiempo. Finalmente el techo no se instalará hasta que termine la nueva temporada, un año después de lo anunciado en la Junta de accionistas, ya que habrá que esperar a que acabe la nueva competición para que las grúas que deben elevar las piezas del techo ocupen el terreno de juego. Hasta entonces los trabajos se harán en el exterior del estadio, lo que obligará al desmontaje de todas las lonas excepto las de la tribuna.

El nuevo Ciutat, en imágenes

Para cumplir el plazo original los trabajos previos tendrían que haber empezado a mitad de abril, pero en ese momento el Consejo paralizó el proyecto por prudencia debido a que la permanencia era una incógnita, algo que nadie se había temido meses atrás, cuando antes del mercado de enero el equipo disfrutaba de una posición holgada en la tabla. De hecho el objetivo deportivo no se consiguió hasta la penúltima jornada, ya en mayo. La directiva consideró que por responsabilidad era conveniente parar una obra que en su primera fase ascenderá a 10 millones y que coincidirá en el tiempo, además, con la primera piedra de Nazaret, en principio a final de año.

La remodelación será visible con la instalación de unos postes metálicos alrededor del estadio para asegurar la futura cimentación. Al hacerse con más tiempo, en el club al menos consideran que las obras podrán hacerse con más tranquilidad y a mejor precio. Uno de los problemas añadidos al que se enfrentaba el club era la escasez de un material específico como la membrana tensada, del cual hacen falta 15.100 metros cuadrados. Si no se producen más parones, el Ciutat va a encadenar tres años en obras, ya que la cubierta es la primesa fase del cambio.