Además de la renovación de Paco López hasta 2022 con una cláusula de rescisión de dos millones de euros que se mantiene, el Consejo de Administración del Levante UD también abordó en su reunión del pasado miércoles otros aspectos a lo largo de la maratoniana reunión de más de cinco horas que mantuvo en el estadio. Uno de ellos fue el futuro precisamente del Ciutat de València y la reforma del feudo granota que está planificada.

Hasta el momento se había empezado con la parte 'sucia' de la obra que es la que se apenas se ve por estar hecha bajo el suelo. Ha consistido en movimiento de tierras, cimentación e instalación de los denominados micropilotes, pero es ya a partir en principio de mediados de este mes de diciembre cuando está previsto que se puedan empezar a apreciar incluso los primeros pilares de la nueva estructura en el recinto de Orriols. Es la estructura que en el futuro dará soporte a una nueva cubierta que resolverá los problemas de iluminación y dotará al recinto de mejor acústica a la vez que hará que su aforo crezca en alrededor de 1.500 asientos y que en teoría pueda disponer ya, según se hizo público en su día, del soporte para una cámara cenital para la retransmisión televisiva de los partidos.

Todo ello estaba incluido en la fase inicial de la remodelación si bien debido a alguna complicación se alteró la hoja de ruta y otras mejoras previstas como los nuevos videomarcadores y megafonía se incluirán en la segunda fase de la remodelación integral, fijada para mayo de 2020, cuyo objetivo era reorganizar los espacios interiores: instalación de zonas comerciales y zonas VIP.

No esta campaña

La empresa a la que se le adjudicaron las obras de reforma del estadio inició con cierta demora el proyecto por la no disponibilidad de algunos materiales necesarios, lo que hizo que se descartase finalmente que a lo largo de la presente campaña, la 19/20, se pudiese ya disfrutar de la cubierta como se llegó a plantear en un principio. De hecho, inicialmente el comienzo de la obra estaba previsto para abril y se demoró hasta julio de 2019. A eso hay que añadir que el proceso se debe adaptar al ritmo de la competición, lo que significa parar siempre que hay partido en Orriols por motivos de seguridad entre otros matices.

Las obras, cuyo montante total asciende a alrededor de 23 millones de euros, harán que el estadio granota se actualice y salde así una deuda histórica.