El KO en El Sadar ha rescatado las peores sensaciones de un Levante que, a decir verdad, estuvo muy cerca de llevarse algo positivo de esa visita a Pamplona. Y esa es tal vez la reflexión que debe enfadar más a un cuerpo técnico que trabajó el partido con el cambio a la defensa de cinco y que solo recibió tres tiros entre los tres palos. Pero la acción de Campaña decantó la balanza para el bando rojillo que, sin Chimy y en un momento de incertidumbre, se llevó el triunfo ante un Levante que volvió a mostrar luces y sombras. Y la brecha de ese partido se hace más grande sumando los dos partidos anteriores. Porque en cada combate en el que la igualdad aparece sobre el césped, el cuadro de Paco López acostumbra a besar la lona antes que su rival. Y es que con los números en la mano, el equipo regala más de la cuenta atrás, comete errores impropios de la categoría y como dijo Postigo, sufre desconexiones que hay que corregir. Unido a eso, la falta de concentración a balón parado, el mal estado de forma de algunos pesos pesados o la ausencia de un paso al frente de los suplentes también son de alguna manera culpables de la mala racha del equipo.

Uno de los principales problemas del equipo es defensivo. Y es el más evidente. El equipo encaja muchos disparos, Aitor Fernández se ha convertido en el portero 'revelación' del año por salvar continuamente al equipo y ni cuando los titulares han estado sanos se ha frenado la sangría. Los datos están encima de la mesa. El equipo es el que menos veces ha dejado la portería a cero junto con el Espanyol y no sorprende tampoco ver cómo es el que más tantos recibe de estrategia. La estadística eso sí engaña porque cuatro de ellos fueron en el mismo encuentro.

Ya en términos de juego, el cuadro granota ha tenido algunos problemas similares a los del curso pasado. En los laterales cuesta tener regularidad. Miramón ha sido el que más ha jugado con 1.435, pero las lesiones le han dejado también algunos partidos fuera. Lo mismo sucede en la izquierda, donde Clerc perdió el sitio con Toño. En la defensa, los problemas físicos de Postigo y Vezo han impedido que ellos formen la pareja habitual, por lo que Cabaco ha tenido más protagonismo del esperado.

Por otra parte, el bloque, y no solo hablando en términos estrictamente defensivos, es el segundo peor en el apartado aéreo. Y eso provoca que los rivales tengan en muchas ocasiones segundas jugadas.

Centro del campo

La llegada de Radoja mejoró el equilibrio y durante muchas jornadas quedó claro que el salto de calidad era evidente. Campaña de hecho siguió con su gran ritmo y se convirtió en el medio más determinante de LaLiga, pero todo ha cambiado en el último mes. El andaluz ha perdido ritmo —algo que puede suceder durante las temporadas— pero para colmo cometió una imprudencia en Pamplona que costó puntos al equipo. Rochina por su parte es impredecible. Cuando salta al campo no se sabe qué versión se va a ver de él. Y tras ellos tres aparece el cuarto en discordia. Bardhi no llega a los 1.000 minutos, Melero combina buenas actuaciones con otras en las que su zona de influencia es indescifrable y por último Paco López sigue esperando a Morales. Ni como extremo, ni como delantero. En ambas parcelas está lejos de la versión que tanto le dio al Levante la temporada pasada y eso ha provocado que falte ese aspecto del juego. En definitiva, más allá de estudiar al rival a la perfección, como pasó en Pamplona, el problema es perdonar en área rival y regalar en la propia.