El Castellón regresó al fútbol profesional hace poco más de dos semanas tras una notable campaña y unos PlayOff de ascenso en los que se sufrió en exceso, pero que fueron culminados de la mejor manera posible. En una plantilla que ya forma parte de la historia del club albinegro, permaneció, en calidad de cedido, el delantero del Levante Raúl Alcaina, una de las perlas de la fábrica de Buñol. Tras haber disputado trece encuentros en el campeonato regular y tres en la promoción, el punta, que destaca por su polivalencia en las zonas más ofensivas del campo, aportó su granito de arena para subir un escalón en el fútbol profesional y así acreditar que tiene mimbres a tener en cuenta de cara al futuro. Por ello, la entidad castellonense tiene la intención de separar sus caminos.

El conjunto dirigido por Óscar Cano trabaja en confeccionar una plantilla competitiva de cara a su vuelta a Segunda División que le otorge garantías para dar guerra. La mentalidad de los 'orelluts' es la de adquirir nuevamente, en calidad de cedido, al atacante nacido en Museros para continuar desarrollando sus cualidades tácticas y técnicas. Una posibilidad que ve con buenos ojos la dirección deportiva granota, al considerar que, a sus 20 años, es una buena oportunidad para su crecimiento deportivo, el curtirse en un contexto tan rivalizante como es LaLiga Smartbank.Y más, si se trata de uno de los miembros que mantuvo en vilo a todos los seguidores levantinistas ante el magnífico curso que realizó, hace un año, el Juvenil División de Honor.

Raúl Alcaina tiene el privilegio de haber hecho soñar a la disciplina de Orriols con éxitos de gran envergadura en categorías inferiores, aunque su equipo se quedó con la miel en los labios tanto en liga como en Copa, debido a que finalizaron subcampeones y cayeron en semifinales. No en vano, esa generación es cavilada como una de las más prolíficas que se recuerdan en la Ciudad Deportiva. Bajo los mandos de Alessio Lisci, rindió de manera excelente y prolongó sus buenas sensaciones en un Castalia que, además del deseo que tienen en volver a contar con él, se bañará en plata una década después. Escenario beneficioso para todas las partes.