El Levante cuenta las horas que restan para que el balón eche a rodar nuevamente en la Ciudad Deportiva de Buñol. Para que se terminen de perfilar los últimos detalles antes que dar pistoletazo de salida a un nuevo curso. Después de finalizar el anterior con la segunda mejor marca de puntuación en la historia del club, pese a lo atípico que fue por la crisis generada por el coronavirus, los pupilos de Paco López afrontan su cuarta temporada consecutiva en Primera División con máxima ilusión y ambición pese a que la pandemia siga sobrevolando el panorama nacional, casando con el discurso del técnico en dar pasos de crecimiento de manera ininterrumpida.

Sin embargo, los protocolos y medidas preventivas marcadas por LaLiga Santander, con la finalidad de velar por la salud de los futbolistas y por el transcurso de la competición, hacen que los jugadores, antes de arrancar la pretemporada, deban pasar por el peaje de los PCR. Las pruebas se llevarán a cabo este miércoles y, si los resultados son satisfactorios, las revisiones médicas se realizarán entre el viernes y el sábado. No obstante, la hoja de ruta para proyectar una nueva campaña sufrirá una serie de variaciones en comparación con las precedentes. Los rebrotes y el aumento de casos preocupan en el club. Por ello, los primeros pasos de la vuelta al trabajo los harán separados por grupos, como retomaron en su día los entrenamientos durante las fases de desescalada, y según avancen los días irán aumentando la presencia de hombres para hacer las labores en óptimas condiciones. No obstante, se tenderá también a afrontar una dinámica más conservadoras a la hora de las concentraciones.

La entidad tiene previsto trasladar al equipo a parajes de la Comunitat Valenciana y en ese contexto La Nucía aparecía como una de las opciones, ante la comodidad de las instalaciones, aunque se deberá que decretar todavía con garantías. No en vano, el parámetro de la planificación está más que cubierto, pero el deportivo aún tiene asperezas que limar ante la masificación de hombres que tendrá Paco López en el primer día de clase, donde además de las cuatro incorporaciones se suman los que permanecieron lejos de Orriols como cedidos.

En concreto, el entrenador de Silla lidiará durante los primeros días con treinta y cuatro fichas. Dwamena, Ivi López, Antonio Luna, Manzanara, Sadiku y Pepelu volverán a vestirse de azul y grana. Los dos últimos aterrizan en Buñol tras ser tendencia en sus respectivos equipos. El primero, por ser el décimo máximo goleador de LaLiga SmartBank con el Málaga, donde anotó trece dianas. Y el segundo, por haberse convertido en uno de los talentos a seguir después de su fructífera salida a tierras portuguesas, en la que, además, consiguió salvar al Tondela con un gol de penalti en los últimos compases de la última jornada de campeonato.

De esta manera, el Levante está listo para comenzar una pretemporada atípica por la situación provocada por la pandemia, pero que no desvía las aspiraciones que se respiran en la disciplina levantinista. Con una salvación holgada como recuerdo más reciente, los de Paco López trabajarán para cumplir con las exigencias y los objetivos, independientemente de los múltiples movimientos que habrán en las oficinas del Ciutat de València. Sobre todo, en el plano de las salidas, donde se prevé otro mercado de fichajes en el que dar cabida a los descartes, o a integrantes con vistas a futuro, será la tarea primoridal.