Alejandro Balde llegó al Mundial de rebote, por la lesión de Gayà que tanto ruido generó, pero la llegada del lateral del Barça a la selección ha supuesto un auténtico impacto en el seno del grupo, especialmente por las impresionantes condiciones físicas del futbolista.

Pese a ser el último en incorporarse, Balde tuvo minutos en el espectacular partido de España frente a Costa Rica. Sustituyó a Alba en la segunda parte y cuajó 26 minutos muy interesantes -97 por ciento de acierto en el pase-, en los que exprimió su punta de velocidad como lateral zurdo.

"En los entrenamientos va como un avión", proclaman admirados desde los pasillos de la RFEF. La selección ha descubierto a un nuevo talento, que en realidad ya venía llamando a la puerta de la absoluta desde hace tiempo, porque fue internacional en todas las categorías inferiores.

Un gran 'feeling' con sus compañeros

En la selección, Balde ha aterrizado con suavidad. Nacido en Barcelona en 2003, hijo de Saliu Balde, padre bisauguineano, y Gledys Martínez, madre dominicana, forjado en el fútbol base del Sant Gabriel y el Espanyol antes de recalar en el del Barça, ha encajado especialmente con los jugadores de la generación de 2000, 2001 y 2002.

Pese a no compartir equipo en La Liga, a Balde se le ve siempre cerca de Nico Williams: han coincidido en las inferiores de la selección y ahí forjaron una gran amistad. También con Ansu tiene una relación muy especial. Y en la selección, su padrino ha sido Busquets, el capitán del equipo.

Balde debutó en el Barça, con Koeman como entrenador, en septiembre de 2012. Seis días después, en su estreno como titular en el Camp Nou, tuvo que dejar el campo antes del descanso por una lumbalgia.

No volvió a jugar con Koeman, pero en el arranque de esta temporada ya empezó a ser titular con Xavi. Su irrupción en el Barça le ha llevado directo a un Mundial, donde apunta a ser una de las revelaciones.

Pese a no entrar en la primera lista de 26, Balde apunta a tener más minutos de lo esperado. Su estreno oficial con la absoluta fue en un partido histórico, y el jugador está dispuesto a seguir haciendo historia en el torneo.