Desde que la vida privada de la Familia Real ha dejado de ser tabú y se ha levantado la veda a todo tipo de informaciones, han comenzado a triscar por cadenas y plataformas docuseries y documentales centrados en la vida de Juan Carlos I y los suyos. Entre ellos destacan ‘Los Borbones: una familia real’ (Atresplayer Premium), ‘Salvar al Rey’ (HBO Max) y ‘Juan Carlos: la caída del Rey’ (SkyShowtime). Ahora el foco se pone sobre la persona más discreta y a veces casi invisible, la reina Sofía, un personaje que se ha mantenido siempre a la sombra de reyes (ha sido hija, esposa, madre y algún día abuela de monarcas), aunque quizá ha tenido más poder del que pueda parecer. De explicar el rol histórico y la percepción pública que se tiene de esta mujer que se ha mostrado siempre fría y distante y que ha tenido un gran peso a la hora de asegurar la pervivencia de la monarquía y mantener su popularidad se encarga la docuserie ‘Sofía y la vida Real’, dirigida por David Trueba y Jordi Ferrerons, que estrenó HBO Max en junio y ahora emite DMAX en abierto, este martes, 10 (22.30 horas).

El documental, que consta de cuatro partes y con los testimonios de 46 expertos, comienza con los orígenes de Sofía en el seno de una monarquía, la griega, que no encontró su lugar. Su familia, desplazada a Sudáfrica, se vio obligada a cambiar 21 veces de domicilio, lo que, junto con una educación casi militar, le marcó ese carácter duro e introvertido que la ha distinguido, muy diferente del de su madre, Federica de Hannover, una reina seductora y coqueta que precisamente murió durante una intervención de cirugía estética.

La princesa enamorada

Sofía conoció el amor en la persona de Juan Carlos I, que ya entonces apuntaba maneras como gran amante del género femenino. Cuenta Victoria Prego en un momento del documental, que la pedida de mano fue "impresionante": “Juan Carlos le dijo: 'Sofi, tómalo'. Y le tiró al aire la caja con el anillo". Sin ningún tipo de romanticismo. "Juan Carlos se casaba con una persona que le iba a ser muy útil", apostilla el periodista Màrius Serra.

Otro momento importante en la vida de la pareja fue la ‘adopción’ por parte de Franco, que vio en Juan Carlos al hijo que no tuvo y su claro sucesor. Aunque en Madrid las instituciones les hicieron el vacío, no eran nadie. "La llamaban la princesa hereje, la princesa pobre”, lamenta Begoña Castiella, periodista cercana a Sofía. "La gente decía: 'No queremos a reyes idiotas'", cuenta el exministro José Bono. El documental muestra, asimismo, la profesionalidad de la entonces princesa en esos duros momentos y en la relación con Franco. "Sofía jugó un papel importante en aquellos años oscuros", señala Serra.

También hace hincapié en dos ejemplos clave de lenguaje no verbal: cuando lució un vestido fucsia en la coronación, saltándose el luto por Franco, "para subrayar que empezaba un tiempo nuevo", según la politóloga Cristina Fominaya, y cuando esta mujer de la que Juan Carlos decía que era "reina las 24 horas del día”, como apunta la periodista Carmen Gallardo, y que nunca mostraba sus sentimientos, “se descompuso por primera vez en el entierro de Don Juan”, según Carmen Enríquez, donde fue captada deshecha en lágrimas. Quizá por el sentimiento de culpa de haberle arrebatado el trono.

Envuelta en una polémica

El episodio más polémico de su historia, quizá el único, fue cuando aparecieron unas declaraciones de la reina, que nunca había tenido opinión pública, en el libro de Pilar Urbano ‘La reina muy de cerca’. En ellas exhibía un carácter excesivamente conservador, al pronunciarse contra el matrimonio entre personas del mismo sexo (al menos con la nomenclatura como “matrimonio”) y contra el aborto. En este punto, los expertos que aparecen en el documental tienen diferentes opiniones. "Probablemente es la única vez que no ha sido prudente en sus manifestaciones", admite Bono. "Pilar Urbano la enredó y la llevó al huerto", asegura Carme Rigalt. "Dijo lo que le dio la gana", justifica la propia Urbano.

Donde tampoco ha mostrado toda la prudencia que se le presuponía, esa que exhibió al aguantar las infidelidades de su marido (desde que le pilló en la cama con una señora cuando fue con los niños a darle una sorpresa a una finca familiar hasta la famosa Corinna), ha sido en su papel de madre. Para empezar, propiciando que sus hijos se casaran por amor. “Posibilitó matrimonios 'desastrosos'”, dice Ricardo Mateos. Los de las infantas Elena y Cristina. Y luego, para disgusto de Zarzuela, vendiendo una exclusiva al ‘¡Hola!’ del viaje que hizo a Whasington para dar apoyo explícito a los Undargarin en sus momentos difíciles. Ya no era la reina, era la madre. “Yo con mi hija hasta la muerte”, resume José Antonio Zarzalejos. “Perdió la perspectiva institucional”, asegura Carmen Remírez de Ganuza.

Su relación con Letizia

En su adhesión total a su hijo Felipe también quiso dar lo mejor en su papel de suegra, ayudando a Letizia, a quien Juan Carlos no soportaba. Aunque luego con ella se produjeran encontronazos tan sonoros como el que escenificaron en la catedral de Palma. Asimismo, los expertos que participan en el documental coinciden en cómo, tras el lamentable episodio de la cacería del Rey, la percepción de Sofía como “víctima” había hecho que la gente empatizara con ella. Hasta el punto de ser la mejor valorada de la famila.

La reina Letizia, con la emérita Sofía. Archivo

No obstante, en 'Sofía y la vida Real' se apuntan también algunos aspectos oscuros de su figura. Como su intenciones populistas en algunos episodios o su presupuesto conocimiento de dónde salía el gran capital (el documental relata los negocios del Rey) que le permitía viajar a Londres con todo tipo de lujos sin gastarse la asignación del Estado. A qué acudía tanto a la capital londinese (¿la esperaba alguien?) se queda como rumorología.

Pero lo que es innegable es que ella supo adaptarse a las circunstancias. "Admitía ser una cornuda, una mantenida a cambio de llevar un tren de vida altísimo y ser una reina", sostiene la periodista Ana Pardo. No obstante, si bien ha logrado no ser sepultada por el descrédito que ha sufrido la Familia Real en estos últimos años, su presencia pública se relaciona con la ausencia del otro (del emérito) lo que, según la periodista Mábel Galaz, la convierte en una “reina en retirada”.