Hace un año por estas fechas Unai Emery se preguntaba por qué sus hombres jugaban algunos partidos andando. Fue después de perder en el Carranza con el Sevilla y el Cádiz en un fin de semana horribilis, un balance parecido pero comprimido en una sola sesión al de este viaje turístico por la bella isla de Sicilia, donde el Valencia CF puede decir que dejó una imagen pobrísima como equipo. Ellos que tienen explicaciones para casi todo podrían sacarnos de dudas y decir de qué iba lo de ayer, a qué santo se va uno a jugar un triangular a Palermo para dar de sí lo que todos pudimos ver. Si el equipo está fundido y esa parece ser la excusa más recurrida, ¿qué sentido tiene irse a jugar en estas condiciones para que te pinten la cara dos equipos que no son precisamente el Manchester City y, de paso, cabrear un poco más al aficionado? Pero, ¿de verdad es normal que el equipo llegue a todos los partidos fundido? Aquí hay algo que no está claro.

Vuelta de tuerca

Puestos a extraer algo positivo de todo este despropósito, resulta gratificante comprobar que hasta el propio Emery está de acuerdo, que hasta se queda sin palabras para dar explicaciones, o quizá hasta se muerde la lengua. Dice que «hay que dar una vuelta de tuerca más» porque cada día está más cerca la competición y el equipo no va a más, sólo hay que esperar que tanto él como el preparador físico tengan claro hacia qué lado hay que darle a la tuerca para que el mecanismo se ajuste y funcione como un reloj no ahora, sino hasta final de temporada.

Un partido de verdad

Decíamos que la fecha del próximo 18 de agosto se presenta como clave para empezar a ver a este equipo a un buen nivel. Ahora, después de lo visto, mucho más. El día de la presentación, con la Fiorentina enfrente y la afición de Mestalla —no puede ser de otra manera— al lado, este Valencia tiene que ofrecer algo más. Lo de ayer fueron pruebas, aunque si se puso Emery como se puso será porque también esperaba mucho más. Lo del miércoles es un partido de verdad.

Feghouli

Visto el rendimiento del conjunto no es fácil destacar actuaciones individuales, de manera especial si hablamos del segundo partido que fue de vergüenza. En el primero, si hubo un futbolista que ofreció algo diferente y generó cierta expectación fue Feghouli, el chico francés que estaba en el límite de quedarse en el equipo o no. De alguna manera vino a demostrar que los sistemas los hacen los futbolistas.

Convivencias

Emery podría plantearse un fin de semana en una cabaña en medio del bosque con todos sus defensas, desde el más veterano hasta el último en llegar, que a veces todos parecen igual de nuevos. No sería una mala opción para conocerse todos un poco mejor, como en aquellas convivencias a las que nos enviaban en los colegios de curas.