El Consejo de administración del Levante fue convocado ayer de urgencia para debatir si hay que vender a Nano. Un tema peliagudo porque más que deportivo es humano. El club se quedará sin uno de sus dos centrales titulares y un peso pesado del vestuario, aunque lo hará a cambio de un precio muy por encima del mercado y con la certeza de tener recambios. Sin embargo, la clave no está ahí, sino en que Nano le ha pedido al club con el corazón en la mano que estudiase la oferta. A sus 31 años, y después de pasar por lo que ha pasado, el fútbol chino es una oportunidad que le garantiza su futuro económico y el de sus hijos casi que de por vida.

Lo de Nano va a ser una buenísima noticia para las arcas, pero negativa para los técnicos. El equipo se ha debilitado sin Juanlu, el que era primer relevo de Koné se ha ido y para más inri ahora les quitan a uno de los peces más gordos que tienen. Todo eso, encima, en vistas de un derbi copero ante el Valencia. El Levante está expuesto al riesgo de gripar el motor y aunque ante el Alcorcón Juan Ignacio reservó lo que pudo, hay jugadores como Barkero forzados a una sobreexigencia que les puede pasar factura. Es un peaje a pagar.

El club tendrá que esperarse hasta última hora para fichar, pero los refuerzos son urgentes. Por eso Botelho, el fichaje de consenso, es el perfil ideal para sustituir a Juanlu. Conociéndolo ya el cuerpo técnico, su aval es que nada más llegase podría ponerse a competir, sin necesitar tiempo para adaptarse. Sería igualmente la mejor opción para el Arsenal, porque tan cierto como que lo de Wellington no ha salido lo es también que la culpa no fue de JIM.

Estando cogidos con alfileres, lo que faltaba es que la rodilla de Koné diese el susto. Con él, los riesgos deben ser mínimos. Caramba, ¿para qué se ha tintado el pelo?.