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La odisea del Ludogorets

El pequeño búlgaro rebelde

El rival del Valencia en la Europa League peleaba en la tercera división hace cinco años

El pequeño búlgaro rebeldeEFE

La fábula del club de provincia que se merienda a los grandes adquiere forma cristalina en el caso del Ludogorets de Razgrad. Un equipo de una pequeña ciudad „38.000 habitantes„ trescientos kilómetros al norte de la capital Sofía que ha aprovechado la depresión de las fuerzas tradicionales del fútbol búlgaro para florecer, consolidarse como la institución mejor gestionada del país y hacerse con el control del campeonato. El último arrebato de coraje ante la Lazio tiene como origen la llegada al club de Kiril Domuschiev en 2010. Propietario, mecenas y líder espiritual de un proyecto subversivo, que alimentado con la mezcla perfecta de sentido común y ambición. El empresario ha levantado al Ludogorets de la nada. Cogió al equipo en segunda división y lo ha construido potenciado su desarrollo en el camino más directo al éxito: método, innovación, filosofía clara y una inversión en fichajes significativa dentro de un balompié rancio y corrupto.

Domuschiev y su visión han irrumpido como una bocanada de aire fresco en una Bulgaria necesitada de incentivos futbolísticos, huérfana de héroes desde el ocaso de la generación de Lubo Penev o Hristo Stoichov. El compromiso con el fútbol bien jugado y el coraje del Ludogorets lo han convertido en bandera nacional. La ilusión que genera se hizo evidente ante el Lazio, donde los 43.000 espectadores del Vasil Levski de Sofía produjeron un impulso definitivo para generar el empate a dos y la igualada final a tres. Un dato impresionante cuando se le da contexto: Razgrad está a cuatro horas en coche al norte de la capital y toda su población entraría en el Estadio Nacional. Allí se mezclan los 8.000 fieles que cada 15 días llenan su coqueto escenario con simpatizantes e incondicionales de nueva generación. Una fiebre ´ludogoriana´ que Domuschiev no ha tardado de interpretar a lo grande. Al punto que desde hace meses se habla de un proyecto conjunto con el Slavia para la construcción de un nuevo campo en Sofía, que albergaría los partidos europeos. Así es el caudillo del Ludogorets, un club que hace cinco temporadas caminaba por el barro de la tercera división.

El buen fútbol como bandera

El Ludogorets no tiene la sofisticación del Bayern de Múnich, pero es un equipo bien armado, potente a nivel colectivo, sólido, experto y pleno de confianza. Su portero „Vladislav Stoyanov„ fue elegido en el XI ideal de la fase de grupos de la Europa League. Tiene un buena sala de máquinas con la dupla Dyakov-Zlatinski, hombres incisivos en banda como Mihail Aleksandrov o el holandés Vura, fantasía con Marcelinho y su cuota de pegada con Bezjak, uno de los máximos anotadores competición con seis roscos. El Ludogorets trata bien la pelota, pero maneja otros registros. Aprieta, empuja€ Lleva tres temporadas configurando la mejor defensa de Bulgaría y en este curso ha conseguido dejar 14 veces la portería a cero, sin embargo, tiene grietas en la retaguardia que el Valencia convertirá seguro en canal de acceso a cuartos.

Ya han conquistado Roma

Stoycho Stoev tiene claros los patrones. El búlgaro dirige al equipo desde hace unos meses, cuando el matrimonio Ivaylo Petev-Domuschiev llegó a su fin. El joven técnico quedará registrado en el palmarés como entrenador del ascenso y las históricas campañas que permitieron al Ludogorets adjudicarse liga y Copa en su primera temporada en la elite y repetir como campeón el curso pasado. Hoy batalla en todos los frentes. Esta es su segunda aventura europea. En la primera fue apeado en la previa de la Champions por el Dinamo de Zagreb. En la eliminatoria contra el Valencia jugará los dos partidos más importantes de su corta trayectoria. La odisea comenzó también en las rondas iniciales de la Liga de Campeones, donde pudo con dos Slovan de Bratislava y el Partizan de Belgrado, luego no pudo con el Basilea, pero después ha dejado muestras de su capacidad en la nueva UEFA competitiva ganando en Eindhoven al PSV o al Lazio en el Olímpico. El enemigo del Valencia será el Valencia.

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