Me estoy modernizando que es una barbaridad. Evolutivo que es uno. Ahora lo último es que me ha dado por las series y, como no podía ser de otra manera, estoy 'cebado' por Juego de Tronos. En cada capítulo que veo -ya de noche, con los niños durmiendo, relajado- mueren siete u ocho, violan a tres, conspiran todos contra todos, le cortan la mano a uno, el pene a otro y en lugar de beber agua se pasan todo el día pegándole al vinorrio. Tensión a lo bestia. Malos rollos. Intensidad sublime que se sale de la pantalla de la tele... y una sensación: lo vivido el pasado domingo en el Calderón destila ciertos aromas a Juego de Tronos.

Y yo más

Cuando yo era nano -desconozco si ahora siguen igual las siguientes generaciones- en cuanto alguno contaba algo de cierta trascendencia yo salía al quite de forma fulminante, sin dar tiempo a la reacción del comentarista, y se lo hacía ver así de claro: "¡Y yo más!", gritaba a los cuatro vientos haciéndome el chulito.

Ni la hora

Pues bien, en Madrid, el domingo por la noche, unos jugadores vestidos de rojiblanco y otros de blanc i negre se empeñaron en devolver con un "¡y yo más!" cada acción del contrario, pero en este caso en sentido literal. Partido duro. Partido bronco de verdad. En cada acción se pergeñaba una lucha a muerte por el balón, siempre entre tres o cuatro jugadores de ambos bandos. Sin noticias del fino estilismo del que alardean tambo Madrid como Barça. Los perseguidores no regalan ni la hora.

Un buen empate

Bien, pues visto como se desarrolló este capítulo de Juego de Tronos en el Vicente Calderón, hay que dar por bueno el empate y el punto. Cierto es que el arreón final del Valencia nos hizo soñar con la victoria... y hasta con algo más que el tercer puesto. Pero cierto es también que el dominador de la mayor parte del partido fue el Atlético de Madrid. Por cierto, batallas hubo muchas, pero ocasiones poquitas, para el Valencia CF casi ninguna sin contar el golito de Shkodran Mustafi. ¿Y ahora qué hacemos? Pues muy fácil. A seguir en la pelea. Quedan 36 puntos por disputar, lo que obliga al Valencia a no renunciar ahora mismo a nada. ¿Si renuncio a ganar la Liga? Pues no. Yo sigo soñando. Vivo en Desembarco del Rey... y ya saben que ahí puede pasar de todo.