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26/02/2019

Vicente Bau

Waldo, mi chapa goleadora

De nano jugaba en la alfombra de los Lucas con una con su nombre

Waldo, mi chapa goleadora

Realmente no soy nadie para pedir nada a nadie oficialmente pero no puedo evitar pensar en Waldo y en pedir para él una especie de homenaje en su último adiós.Y miren, el jueves tenemos un partido muy especial donde vamos a sentir el espíritu de Waldo desde el minuto uno pero a mí lo que más me gustaría es que nuestro capitán Dani Parejo marcara un gol de falta como homenaje a ese gran lanzador que era Waldo y de paso que esa falta nos otorgue un billete para la final de Copa eliminando al Betis. Con Waldo se nos va también la admiración y el recuerdo hacia un genio del pasado que nos hizo soñar a muchos con sus goles y ese lanzamiento de falta tan especial que hoy en día sería una especie de faro para guiar a todos los lanzadores de falta del mundo mundial. En ese lance Waldo era eterno. Subía el balón camino del cielo y luego bajaba camino de la portería a toda velocidad cambiando su sentido natural. Y así era como goleaba ese brasileño universal. Y así nos deja un recuerdo imborrable para todos los que somos ya un poquito veteranos y cuando éramos pequeños siempre nos enamoraba escuchar su nombre por cualquier esquina. ¿Y saben que punto especial tenía para mi? Pasen, pasen y lean, y sientan en mis letras mi más sentido homenaje.

Mi chapa favorita

Uno de mis juegos favoritos cuando era nano consistía en un partido de chapas en casa de los Lucas y a ser posible a mí siempre me gustaba jugar con mis chapas del Valencia CF -ojo, tenía de todos lo equipos de Primera, un disparate de chapas por cierto-y una de esas chapas, una especial, era más pequeña que las demás y se la dedicaba al goleador del equipo. Era una chapa de Cinzano más pequeña que las de Coca-cola y en esa alfombra en casa Lucas mi chapa de color blanco con un pequeño número 9 en lo alto del papel llevaba el nombre de Waldo y siempre era para mi como una chapa especial, el goleador de todas mis chapas, la magia oculta con la que jugaba siempre que podía y que servía de alguna manera para hacer un pequeño homenaje a ese futbolista que a todo buen valencianista siempre le ha sonado a mito y referencia. Hoy mi chapa sería de color negra como despedida a ese genio brasileño que se ha ido de nuestras vidas para siempre. Y lo hago repleto de cariño y de admiración. Se ha ido un buen tipo y la pena es enorme. Adios querido Waldo.

Y el duelo del jueves

Y oigan, el jueves en el duelo de Copa frente al Betis. Uno es evidente y no puede ser otro el motivo que el de decir adiós a un mito eterno para todos los valencianistas. Y en ese adiós sincero a Waldo debe hablar Mestalla dedicándole una ovación tremenda de esas que se merecía, pero también debe hablar el equipo sobre el campo jugando un partido serio y con unas ganas tremendas para conseguir un doble objetivo. Pasar a la gran final es un sueño y rendir homenaje de despedida a uno de nuestros mitos más importantes de toda nuestra historia también. Si el partido del jueves lo jugara Waldo saldría a por todas desde el primer minuto. Y eso es lo que deben hacer los jugadores del Valencia seleccionados por Marcelino. Sí, es cierto, nos vale con el ceto a cero e incluso con el uno a uno para acceder a la final. Pero Waldo siempre hubiera querido ganar en un duelo así y por su recuerdo... ¡vamos a por ello!

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