Aunque se dijo que toda la plantilla estaba en liquidación, la realidad no fue durante el pasado verano exactamente así. Igual que muchos futbolistas llevaban en la frente el cartel de transferibles, hay otros que en ningún momento estuvieron en el mercado, caso de Gayà o Carlos Soler, y otros que, si llegaron a estar, fue para descartar su venta de inmediato. Es el ejemplo de Maxi Gómez, hubo ofertas y tuvo opciones para salir (varias, pero nunca al Barcelona, por cierto) pero su venta quedó descartada en el momento en que se cerró el traspaso de Rodrigo Moreno por 30 millones. Y es el caso de Gonçalo Guedes, hoy todavía y parece que por mucho tiempo el fichaje más caro de la historia del Valencia CF. Un jugador que incluso sin estar bien tiene mercado, pero el club (en realidad Peter Lim) también descartó la posibilidad de desprenderse de él prácticamente desde el principio. Razones hay mil pero se reducen sobre todos a dos, no era el momento de vender un valor tan importante como ese en un mercado a la baja y existe plena confianza en que el día menos pensado volverá a explotar, como lo hizo en su primera temporada con Marcelino.

Para Guedes, sin embargo, el tiempo se acaba. No por la edad ni por contrato, porque tiene todavía 23 años (la próxima semana cumple 24) y hasta 2023 firmado con el Valencia. Se acaba el tiempo porque el portugués no puede acabar siendo un jugador más del equipo, no puede estar en el Valencia CF sin jugar y eso todos lo saben, también el entrenador. Aunque públicamente lo diga, no puede estar contento con él porque es un jugador que puede dar mucho más y que debe dar mucho más, no ya por lo que costó, que también, sino por lo que es. Nadie le va a decir que lo ponga, tampoco se lo dijeron a Celades y con él empezó a ver partidos desde el banquillo. Ni falta que hace, ya sabe el técnico que es su responsabilidad sacar el máximo rendimiento a todos los futbolistas, especialmentre a los mejores porque al final son los que deciden partidos, y hacer que se den las condiciones en el equipo para que no se pierda el talento cada vez más escaso. Igual con Guedes es más difícil que con otros, es evidente que el portugués no anda fino y quizá no está canalizando positivamente sus potencialidades, pero es lo que hay que hacer. Hace bien Javi Gracia en tocarle el orgullo aunque sea con indirectas, porque no es Gayà ni Carlos Soler, pero en el fondo lo tiene. Es el jugador que se plantó en el PSG para venir al Valencia CF. Entre todos tienen que conseguir que juegue y vuelva a ser el jugador que es, si no el club va a tener un problema.

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